Sinónimos: Síndrome de Niikawa-Kuroki
Síndrome de maquillaje Kabuki

Prevalencia: 1-9 / 100 000

Herencia: Autosómico dominante
o No aplicable

Edad de inicio o aparición: Infancia / Neonatal

 

Resumen

El síndrome de Kabuki (SK) es una enfermedad caracterizada por anomalías congénitas múltiples como rasgos faciales típicos, anomalías esqueléticas, discapacidad intelectual entre leve y moderada y déficit de crecimiento postnatal.

El SK fue descrito inicialmente en Japón, y ha sido observado en todos los grupos étnicos. Se estima una prevalencia aproximada de 1:32.000.

El SK presenta un espectro clínico amplio y variable. Los rasgos craneofaciales incluyen: fisuras palpebrales alargadas con eversión del tercio externo del párpado inferior; cejas arqueadas y espesas pero en su tercio lateral escasamente pobladas o con zonas vacías en forma de pequeñas muescas; columela corta con la punta nasal plana; orejas grandes, prominentes, o en forma de asa; labio leporino/paladar hendido o paladar ojival; anomalías dentales. Si la estatura es normal al nacer, los neonatos presentan pronto un retraso en el crecimiento de gravedad variable. La microcefalia no es constante. Las anomalías músculo-esqueléticas incluyen: braquidactilia del 5º dedo, braquimesofalangia, clinodactilia del 5º dedo, anomalías de la columna vertebral, e hipermovilidad y dislocación articulares. Otro signo cardinal del SK son las anomalías de los dermatoglifos con persistencia del almohadillado fetal de los dedos. Casi todos los pacientes tienen un déficit intelectual entre leve y moderado y pueden presentar manifestaciones neurológicas como hipotonía o convulsiones. Es frecuente un retraso del desarrollo global. La pérdida de audición es frecuente y puede tener una causa neurosensorial o ser consecuencia de una otitis media crónica debida a malformación craneofacial o susceptibilidad a las infecciones. Los hallazgos oculares son ocasionales. Son frecuentes los defectos congénitos del corazón como las lesiones obstructivas del lado izquierdo o los defectos septales. Las anomalías renales y del conducto urinario son menos frecuentes pero están presentes en aproximadamente un 25% de los pacientes con SK. En las niñas, la telarquia prematura puede ocurrir, pero no requiere tratamiento a menos que existan otros signos de pubertad prematura. También se ha documentado, sobre todo en adolescentes, disfunción inmune.

El SK está asociado, en un 45-80% de los casos, a mutaciones en el gen MLL2. En unos pocos casos se han documentado también deleciones en el gen KDM6A.

No se han establecido criterios para el diagnóstico clínico. El diagnóstico se basa en la observación clínica de 5 hallazgos cardinales que son: 1) hallazgos craneofaciales, 2) retraso en el crecimiento postnatal, 3) anomalías esqueléticas, 4) persistencia del almohadillado fetal y 5) déficit intelectual. El análisis molecular confirma el diagnóstico clínico.

El diagnóstico diferencial del SK incluye los síndromes: CHARGE, branquio-oto-renal, Ehlers-Danlos (forma hipermóvil) y Hardikar, los trastornos ligados a IRF6 y el síndrome de microdeleción 22q11. Diversas anomalías cromosómicas pueden producir signos que se solapan con el espectro clínico del SK.

El diagnóstico prenatal es posible en familias que ya tienen un niño con SK cuando se conoce la mutación responsable.

El SK ocurre de forma esporádica en la mayoría de casos pero puede tener un modo de herencia autosómico dominante con, por lo tanto, un riesgo de recurrencia del 50%.

El manejo de los pacientes con SK se centra en el control de las manifestaciones clínicas; por ejemplo el tratamiento de los problemas de alimentación puede incluir la colocación de una sonda de gastrostomía. Los pacientes pueden beneficiarse de una revisión oftalmológica y de oído anual, así como de revisión odontológica regular. Si los estudios inmunológicos son anómalos o en caso de que el paciente presente infecciones recurrentes, debe considerarse la evaluación por un inmunólogo.

Aunque la morbilidad es significativa, el pronóstico es bastante favorable. La esperanza de vida depende en gran parte de las complicaciones cardíacas e inmunológicas.

 

 

Revisores expertos

  • Dr Margaret ADAM

 

 


Fuente: Orphanet (Síndrome de Kabuki)