La asociación de dos inhibidores de proteínas específicas mejoran las supervivencia de los pacientes con melanoma metastásico, una enfermedad de la que ya empiezan a existir largos supervivientes.

Entre seis y nueve meses se situaba la tradicional mediana de supervivencia para las personas con melanoma metastásico. Sin embargo, en la última década, y sobre todo, desde el desarrollo de las terapias biológica de precisión, ésta se ha extendido hasta los dos años e incluso más del 37 por ciento de los afectados sigue vivo a los tres años y entre el 15 y 20 por ciento se consideran largos supervivientes. El principal apoyo: la administración de una nueva asociación terapéutica basada en dos fármacos que actúan sobre la misma vía metabólica, uno sobre del gen BRAF, cuyas mutaciones están presentes en la mitad de los melanomas que se diagnostican anualmente, y otro sobre la proteína MEK. Estas moléculas son vemurafenib, un inhibidor de la proteína BRAF V600, al que se acaba de unir cobimetinib, un novedoso inhibidor MEK.

Comercializados por la farmacéutica Roche como Zelboraf y Cotellic, respectivamente, la nueva unión está indicada para pacientes con melanoma metastásico o que ya no son candidatos a cirugía y que presentan la mutación BRAF V600, en terapia de primera línea.

Cada año se diagnostican en España 4.000 casos de melanoma, enfermedad por la que fallecen entre 800 y 1.000 personas, aunque «la mayor parte se cura», señala Enrique Espinosa, jefe de Sección del Servicio de Oncología del Hospital La Paz de Madrid, que ha participado, junto a Annarita Gabriele, directora médico de Roche, en la presentación en España de esta nueva combinación. Con la administración en monoterapia de vemurafenib, comercializado como Zelboraf, se han conseguido supervivencia de hasta un año, pero investigaciones posteriores han puesto de relieve que la adición de un nuevo bloqueo en la célula tumoral, lo que se consigue con cobimetinib, comercializado como Cotellic, ofrece mejores tasas de supervivencia y menor progresión patológica.

«La respuesta que se obtiene con la administración de esta asociación es muy rápida, incluso se nota en pocos días», indica el oncólogo quien añade que «a pesar de que vemurafenib es eficaz, el problema es la aparición de resistencias al cabo de los meses». En este sentido, ha subrayado que el Grupo Español de Melanoma (GEM) ha iniciado un ensayo clínico en el que se valorará qué forma de administración es más eficiente, la continua o la intermitente, para «vencer las resistencia, fenómeno al que nos seguimos enfrentando». La actual pauta se basa en la administración diaria de vemurafenib. Tres de cada cuatro semanas se aplica cobimetinib. Al parecer, la forma intermitente de administración podría ser más efectiva frente a la resistencia farmacológica.

Espinosa también ha subrayado que la combinación de terapias dirigidas o personalizadas, junto con la inmunoterapia, constituyen uno de los futuros más inmediatos para este tipo de tumor. «La investigación en estos dos ámbitos, así como concretar la mejor forma de combinarlos es una de las grandes vías de investigación en melanoma».

Se ha referido además al 50 por ciento restante de melanomas que no presentan la mutación BRAF V600, «pero sí otro tipo de mutaciones para las que también hay algunos fármacos dirigidos que, no obstante, ofrecen escasas respuestas terapéuticas. Aquí también se emplean estrategias inmunoterápicas e incluso quimioterapia clásica, en algunos casos. Sin embargo, con quimoterapia el beneficio es notablemente menor que con el resto de terapias».

De la administración de la nueva combinación terapéutica ya se han beneficiado más de 200 enfermos, gracias a los programas de uso compasivo que han sido impulsados por Roche. Además Gabriele ha indicado que el coste de la nueva combinación es menor que la de vemurafenib solo.

 

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