La fecundación in vitro como técnica de reproducción asistida, transformó completamente el área de la medicina reproductiva hace unos años. Desde su incorporación a la práctica clínica, la posibilidad de llevar a cabo la fecundación del óvulo por parte del espermatozoide en laboratorio y transferir el embrión resultante al útero materno ha resuelto los problemas de fertilidad de muchas parejas.

La gametogénesis in vitro se presenta como una prometedora fuente de células madre embrionarias y células germinales tanto para investigación como para diversas aplicaciones clínicas. Imagen cortesía de Dr. Veronica La Padula.

La gametogénesis in vitro se presenta como una prometedora fuente de células madre embrionarias y células germinales tanto para investigación como para diversas aplicaciones clínicas.

En la actualidad, los embriones utilizados en  fecundación in vitro proceden de espermatozoides y óvulos de donantes masculinos y femeninos respectivamente, y no existe un método para obtenerlos de otras fuentes. Pero, ¿qué pasaría si se pudieran generar gametos a partir de otras células humanas, como por ejemplo las células de la piel? Diferentes equipos de investigación han conseguido generar espermatozoides y óvulos de ratón a partir de células madre embrionarias y fibroblastos de la piel, por lo es fácil plantear que en el futuro esta aproximación podría también utilizarse en humanos.

De momento, la técnica de obtener células germinales a partir de otros tejidos todavía está lejos de poder aplicarse en humanos. No obstante, la comunidad científica ya empieza a plantearse tanto sus posibilidades en el campo de la medicina reproductiva y la medicina regenerativa como sus limitaciones éticas.

En un artículo recientemente publicado en Science Translational Medicine, Eli Adashi de la Universidad Brown, Glenn Cohen, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard y George Daley, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, discuten sobre las implicaciones de la obtención de embriones humanos a partir de gametos generados de tejidos no reproductivos.

Los tres investigadores repasan los últimos avances en el desarrollo de la gametogénesis in vitro y presentan la técnica como una prometedora fuente de células madre embrionarias y células germinales tanto para investigación como para diversas aplicaciones clínicas.

Por ejemplo, la gametogénesis in vitro podría permitir obtener células germinales de aquellas personas cuyos órganos reproductivos no funcionan correctamente (como por ejemplo en pacientes de cáncer tratados con quimioterapia) y solucionar sus problemas de infertilidad. Además, la generación de gametos a partir de células de otro origen transformaría los protocolos de fecundación in vitro actuales, que dependen de la estimulación ovárica para obtener óvulos, y solucionaría uno de los principales problemas de la fecundación in vitro, como es la limitación en la disponibilidad de óvulos.

Además de sus aplicaciones para combatir la infertilidad, la gametogénesis in vitro ofrece la posibilidad de generar un número elevado de óvulos (y por tanto de embriones) en los que estudiar el origen y desarrollo de enfermedades sin limitaciones de material biológico. Y lo que es más, en aquellas enfermedades ya caracterizadas, la técnica podría permitir intervenir genéticamente en contra de una enfermedad hereditaria antes y después de la formación del embrión.

Sin embargo, independientemente del método utilizado, la generación de embriones humanos para la investigación, o incluso con aplicaciones terapéuticas, plantea importantes consideraciones éticas y reguladoras. En este sentido, los investigadores señalan que muchas de las cuestiones a resolver sobre el  uso clínico de la gametogénesis in vitro son similares a las de la edición genómica de embriones o las terapias de reemplazamiento de mitocondrias, con algunos matices adicionales.

La primera de las consideraciones es recordar que antes de plantear la utilización de la gametogénesis in vitro en humanos, serán necesarios extensos estudios preclínicos en otras especies de mamífero, incluyendo primates no humanos. E incluso una vez se aplicara a la especie humana, habría que hacer un seguimiento preciso de la descendencia obtenida.

En segundo lugar, los autores del artículo recuerdan que para refinar la técnica con objetivos clínicos será necesario generar y destruir un número elevado de embriones, lo que conlleva importantes objeciones por parte de diferentes grupos y colectivos. Incluso una vez optimizada, y a pesar de que la generación de muchos embriones sustituya el cuestionado mercado de las donantes de óvulos, los investigadores muestran preocupación por la posibilidad de que surjan “granjas de embriones” a escalas no imaginables, que disparen la preocupación por la devaluación de la vida humana.

“Hay algo preocupante en disponer de una fuente inagotable de gametos que puedan ser fecundados para dar lugar a una fuente inagotable de embriones,” señala Adashi.

Además, aunque nuestro conocimiento sobre la genética humana todavía no lo permite, disponer de herramientas para generar un número elevado de embriones y técnicas para modificar el genoma humano, podría llevar a un futuro en el que se seleccionen aquellos embriones que reúnan características deseables o interesantes, una especie de “bebés a la carta”.

Otra consideración derivada de la naturaleza de la técnica de gametogénesis in vitro, por la que se podrían obtener gametos de otros tipos de tejido, es que podrían ocurrir casos de uso no autorizado de material biológico, de personas convertidas en padres o madres sin su consentimiento, o incluso sin su conocimiento. ¿Debería la Ley penalizar estas acciones?

Imagen: Jane Ades (National Human Genome Research Institute, www.genome.org)

La naturaleza de la técnica de la gametogénesis in vitro podría llevar a casos de usos o autorizado de material biológico, de personas convertidas en padres o madres sin su consentimiento o conocimiento.

Por último, los investigadores señalan que el mayor impacto de la gametogénesis in vitro podría recaer sobre el mismo concepto de paternidad. Entrando en el terreno de la pura especulación científica, podría llegar a ser posible que una misma persona produjera ambos tipos de gametos y no fuera necesario un segundo progenitor. Aunque no está claro que esto pudiera ocurrir, lo que sí parece evidente es que al igual que otros avances de la medicina reproductiva como la inseminación artificial, la fecundación in vitro o las madres de alquiler, la gametogénesis in vitro plantea nuevas cuestiones sobre los papeles que realizan los progenitores biológicos y legales.

Volviendo al terreno más realista, los investigadores apuntan a que en el futuro más cercano, el impacto de la gametogénesis in vitro estará probablemente limitado a estudiar la biología de las células germinales. Sin embargo, resaltan que al ritmo con el que avanzan la ciencia y la medicina, la rápida transformación de la medicina reproductiva y regenerativa podría sorprendernos. “Estas cosas podrían ocurrir, y podría ser una cuestión de tiempo,” remarca Adashi, quien ha seguido el desarrollo de la gametogénesis in vitro desde hace más de una década. Antes de llegar a ese punto, concluyen, será necesario que la sociedad tome una actitud activa y se revisen públicamente los retos éticos de la gametogénesis in vitro.

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Fuente: http://revistageneticamedica.com/2017/01/21/gametogenesis-in-vitro/