La mayoría de las personas con párkinson tiene una disminución significativa del sentido del olfato, incluso años antes de que comiencen a notarse los síntomas motores de la enfermedad. Lo más curioso es que si se les pregunta, muchos pacientes dicen que no, que ellos huelen bien.

Y es que este síntoma, llamado hiposmia, puede pasar desapercibido. Sin embargo, muchos especialistas opinan que se está ignorando una señal clave que puede llevar al tan ansiado diagnóstico temprano, incluso, ser un factor que ayude a discriminar el párkinson de otros parkinsonismos donde el olfato no está tan afectado.

El deterioro del olfato en el párkinson no es dependiente de la duración de la enfermedad ni de la severidad de los síntomas, sino que puede mantenerse estable a lo largo de los años y ser más marcado en personas con síntomas leves que en otros con un deterioro más avanzado.

Pérdida del olfato en el párkinson: ¿Por qué ocurre?

Tal vez la pregunta más interesante no sea por qué ocurre, sino por qué el deterioro del olfato en el párkinson ocurre de forma tan temprana.

Se especula que sucede así porque el párkinson puede no comenzar realmente en la sustancia negra, el área del cerebro donde ocurre la pérdida de neuronas dopaminérgincas que llevan a los síntomas de la enfermedad, sino en el sistema gastrointestinal o en el bulbo olfatorio, esta última una estructura que controla el sentido del olfato.

Según explica la Fundación Michael J. Fox uno de los signos patológicos del párkinson que se detecta en todos los enfermos, la acumulación de alfa sinucleína, podría comenzar por el bulbo olfatorio y de ahí extenderse a otras regiones del cerebro.

Cómo se trata el deterioro del olfato en el párkinson

Hasta el momento no existen tratamientos específicos para el deterioro o pérdida del olfato en las personas con enfermedad de Parkinson. Esta alteración no mejora con la terapia tradicional para la enfermedad.

Sin embargo, estudios recientes apuntan a que la estimulación cerebral profunda (ECP), un tratamiento del párkinson avanzado o de difícil manejo, logra generar mejorías en el sentido del olfato de los pacientes.

La ECP, no obstante, es un procedimiento invasivo que no constituiría nunca un tratamiento de primera línea para el deterioro del olfato.

Un pequeño estudio del año 2013 mostró que el entrenamiento del olfato podía mejorar esta función en pacientes con párkinson.

El entrenamiento consistió en exponerse dos veces al día durante 12 semanas a cuatro olores diferentes. Al final del estudio, los pacientes que hicieron el entrenamiento tenían mejor desempeño olfativo que los que no recibieron la intervención.

Por último, es importante recordar que las personas con deterioro del olfato pueden estar en mayor riesgo de sufrir accidentes domésticos, como ignorar un escape de gas o que algo se está quemando en la cocina.

También el sentido del gusto se ve afectado, por lo que pueden comenzar a rechazar los alimentos o incluso, añadir más sal de la necesaria.

Seguramente es una buena idea que los afectados por párkinson tomen en cuenta la posibilidad de deterioro del olfato y sus consecuencias en el día a día.

 

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Fuente: https://infotiti.com/2017/12/perdida-del-olfato-parkinson/