Investigadores del Instituto de la Salud de Berlín han descubierto que un consumo excesivo de sal reduce el número de un grupo de lactobacilos intestinales, lo que resulta en un empeoramiento de la esclerosis múltiple (EM) en ratones. Un estudio previo ya había revelado que el exceso de sal puede inducir autoinmunidad, potenciando el desarrollo de una población de linfocitos T conocida como Th17.

Aunque se sabía que la inducción de los Th17 depende de la microbiota intestinal, hasta ahora nadie había investigado el impacto de la sal sobre ésta en el contexto de la EM. La ingesta elevada de este mineral en ratones redujo de manera significativa la población de Lactobacillus murinus, mientras que su restablecimiento redujo el impacto de la sal sobre los síntomas de la encefalitis experimental autoinmune inducida. En un estudio piloto en humanos, la reducción en la supervivencia de bacterias del mismo género resultó igualmente en un aumento del número de Th17.

Dominik Müller, director del estudio, afirma que estos resultados establecen una conexión entre el consumo de sal y el eje formado por la inmunidad y la microbiota, con las correspondientes potenciales implicaciones terapéuticas en todas las enfermedades en las que participa este mineral.

 

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