Un equipo de científicos argentinos del que participan investigadores y becarios del CONICET lograron recientemente obtener un calostro bovino hiperinmune contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), capaz de neutralizar la patogenicidad de EHEC. El calostro fue obtenido por la vacunación de vacas gestantes con Stx2. Los últimos resultados de este desarrollo confirman y aportan nuevos datos muy alentadores para la prevención del mal y fueron publicados en la revista Vaccine de Febrero de este año. Hasta el momento, las terapias disponibles para tratar el SUH consisten en tratamientos de soporte, a fin de contrarrestar los síntomas de la enfermedad. La Argentina es uno de los países con mayor prevalencia de SUH en el mundo. De acuerdo a datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, la incidencia se mantiene constante en los últimos 7 años, habiéndose registrado 355 casos hasta la semana 52 del 2017.

El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una patología aguda que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Algunos de los síntomas mediante los que se manifiesta son diarreas sanguinolentas, deficiencias renales, dolores abdominales y vómitos En ciertos casos, el agravamiento de la enfermedad puede llegar a producir la muerte. Su agente causal es la bacteria Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC) que llega al colon humano a través de la ingesta de alimentos o agua contaminados. Esta bacteria produce la toxina Shiga (Stx) que trasloca la barrera intestinal y por circulación sistémica afecta distintos órganos blanco, principalmente riñón y cerebro. El reservorio principal de EHEC es el ganado bovino, en el que la bacteria generalmente no produce ninguna patología, pese a colonizar su intestino.

“En mamíferos, el calostro secretado por las glándulas mamarias es el primer alimento del individuo recién nacido y es muy importante para favorecer el sistema inmune del recién lactante dado que se encuentra muy enriquecido de inmunoglobulinas. Nosotros quisimos averiguar si al inmunizar vacas preñadas con Stx2 se podían producir en su calostro los anticuerpos capaces de evitar la colonización de EHEC en bovinos y neutralizar sus efectos patogénicos en humanos. Los resultados obtenidos hasta ahora en distintos modelos experimentales fueron exitosos”, cuenta Flavia Sacerdoti, del Instituto de Fisiología y Biofísica Bernardo Houssay (IFIBIO, CONICET-UBA) y una de las primeras autoras del trabajo. Las pruebas realizadas in vitro sobre células intestinales humanas mostraron la capacidad del calostro de revertir la adhesión bacteriana así como sus efectos patogénicos. También se pudo comprobar mediante ensayos en colon ligado de rata que el calostro logra evitar la acumulación de fluido hemorrágico y los daños histológicos de la barrera intestinal.

“Finalmente, en ratones lactantes -modelo puesto a punto en la Academia Nacional de Medicina -, comprobamos que el calostro evita la mortalidad que produce la bacteria cuando se los alimenta previamente con el calostro hiperinmune, llegando a prevenir la letalidad en el 100 por ciento los casos”, afirma Cristina Ibarra, investigadora principal del CONICET en el IFIBIO y autora correspondiente del artículo. De acuerdo a los investigadores, los efectos protectores del calostro se deberían a la acción de los anticuerpos específicos anti-Stx2 en combinación con la lactoferrina bovina que aumenta como consecuencia de la inmunización. Ambas actúan en forma sinérgica para impedir la infección por EHEC y neutralizar la citotoxicidad de la toxina.

El desarrollo contó con la participación de científicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), cuya búsqueda específica es evitar la colonización del intestino de los bovinos por parte de la bacteria EHEC, una forma indirecta de disminuir la incidencia de la enfermedad en humanos. “En el INTA comenzamos a investigar si el calostro obtenido de vacas inmunizadas con diferentes antígenos de EHEC podía producir una disminución de la colonización de EHEC en los terneros, pero también nos interesó la posibilidad de que pudiera ser usado en humanos para evitar el SUH”, comenta Elsa Mercado, ex- Coordinadora del Instituto de Patobiología del INTA-Castelar y actual asesora del proyecto. “En el caso de los terneros, no sólo pudimos comprobar que el calostro hiperinmune reconoce y se pega a Stx2, sino que también la neutraliza”, agrega Ángel Cataldi, investigador principal del CONICET y del Instituto de Biotecnología del INTA. Además, esta estrategia puede enfocarse a la protección de los propios terneros contra la infección por EHEC.

El calostro bovino se usa actualmente para la prevención de infecciones gastrointestinales producidas por bacterias y virus, debido a que estimula la función, producción y actividad de las células del sistema inmune. “Nuestro desafío ahora es hacer que este calostro hiperinmune que desarrollamos pueda llegar a ser administrado en niños en riesgo de SUH”, concluye Ibarra.

 

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