Los pacientes con una forma de esclerodermia llamada esclerosis sistémica son particularmente susceptibles a desarrollar presión arterial alta en el corazón y los pulmones, también conocida como hipertensión pulmonar. Un nuevo estudio publicado en el European Respiratory Journal e informado por Scleroderma News, encontró que la medición de la presión arterial del corazón del paciente y la capacidad para el intercambio de gases puede ayudar a predecir el desarrollo de la hipertensión pulmonar.
La esclerodermia es una condición rara que hace que la piel se vuelva dura y gruesa. Se produce cuando el sistema inmunitario del cuerpo no reconoce el tejido conectivo y comienza a atacarlo, causando cicatrices internas. La esclerosis sistémica es una forma particularmente grave de esclerodermia, en la que los vasos sanguíneos y los órganos internos también se ven afectados. Por lo general, ocurre primero en mujeres de entre 30 y 50 años. Cuando los órganos internos se ven afectados, los pacientes pueden sufrir efectos secundarios graves, uno de los cuales es la hipertensión pulmonar (HP). Esto ocurre cuando hay presión arterial alta en los vasos sanguíneos de los pulmones y puede provocar daño cardíaco e incluso insuficiencia cardíaca si no se trata.
La hipertensión pulmonar es la principal causa de muerte en personas con esclerosis sistémica, que afecta a alrededor del 12% de las personas. Solo la mitad de los pacientes con esclerosis sistémica con hipertensión pulmonar sobreviven tres años o más después del diagnóstico. Esto se debe en parte a la naturaleza de la enfermedad, que a menudo no muestra síntomas hasta que ya ha llegado a una etapa avanzada. Por lo tanto, existe una gran necesidad de mejores sistemas de detección para detectar la hipertensión pulmonar desde el principio. Los métodos actuales para detectar la enfermedad, como la prueba de caminata de seis minutos y la MRI, tienen desventajas y no son adecuados para todos los pacientes. Este estudio reciente, llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores, sugiere nuevos métodos para el diagnóstico precoz de la hipertensión pulmonar.
Los investigadores encontraron que la hipertensión pulmonar podría predecirse por dos factores; los niveles de intercambio de gases del paciente y la presión arterial del paciente. Llevaron a cabo un estudio de tres años de 96 pacientes con esclerosis sistémica, que probaron la presión arterial del corazón al comienzo y, para 71 de los pacientes, también al final del estudio. Encontraron que la hipertensión pulmonar tenía una mayor tasa de incidencia en pacientes cuya presión arterial ya estaba elevada; lo que sugiere que el aumento se produce gradualmente a lo largo del tiempo y los pacientes pueden identificarse como en riesgo antes de que su presión arterial alcance niveles considerados hipertensión pulmonar.
Además, también se encontró que una cuarta parte de los pacientes que tenían bajos niveles de intercambio gaseoso desarrollaron hipertensión pulmonar dentro de los tres años. Esto sugiere que los niveles de intercambio de gases del paciente podrían ser monitoreados, y los que se consideren en riesgo de hipertensión pulmonar podrían recibir revisiones más exhaustivas.
Los resultados de este estudio sugieren que es posible hacer un perfil de los pacientes con esclerosis sistémica que puedan desarrollar hipertensión pulmonar desde el principio, aumentando así la probabilidad de que la enfermedad sea detectada y tratada en una etapa temprana. Esto podría tener un efecto significativo en la salud de los pacientes con esclerosis sistémica.