Según una historia de los Institutos Nacionales de la Salud, un estudio reciente ha revelado que la ausencia de una proteína específica en las células que recubren el esófago podría ser una causa importante del daño tisular y la inflamación que se produce en la esofagitis eosinofílica. La proteína en cuestión se conoce como SPINK7 y las biopsias revelaron que casi no existía en los pacientes con esofagitis eosinofílica. Mientras tanto, las personas sanas tenían cantidades normales. En personas sanas, SPINK7 suprime la inflamación y mantiene la estructura del tejido.

La esofagitis eosinofílica (EoE) es una afección inflamatoria y alérgica que se caracteriza por la participación del esófago y el papel crucial desempeñado por los eosinófilos, una forma de glóbulo blanco. La naturaleza de esta enfermedad no se conoce bien, pero la conciencia y la investigación se han intensificado en los últimos años. Las células eosinófilas aparecen en altas concentraciones en el revestimiento del esófago. Dado que los eosinófilos desempeñan un papel activo en las reacciones alérgicas, la teoría estándar es que la esofagitis eosinofílica podría deberse a la alergia alimentaria. El tratamiento incluye medicamentos para reducir la inflamación y los cambios en la dieta para evitar la ingesta de alimentos que provocaron la reacción. Algunos pacientes pueden necesitar procedimientos periódicos para dilatar el esófago. La efectividad de los cambios en la dieta refuerza el rol que pueden tener las alergias.

Curiosamente, un medicamento utilizado para el tratamiento del enfisema fue capaz de revertir la inflamación y el daño en los tejidos que carecían de SPINK7. Muchos alimentos contienen enzimas que podrían dañar el tejido humano, pero SPINK7 es importante para suprimir cualquier daño potencial. Cuando se cortó el gen SPINK7, se redujo la funcionalidad del esófago y los tejidos produjeron citoquinas, que pueden atraer eosinófilos y comenzar la respuesta inflamatoria.

El tratamiento que logró revertir con éxito la inflamación fue alfa-1 anti-tripsina (A1AT). La prueba de laboratorio demostró que A1AT fue eficaz y los autores sugirieron que este descubrimiento justificaba ensayos y estudios adicionales para examinar más a fondo el impacto que este tratamiento podría tener para los pacientes con esofagitis eosinofílica. Afortunadamente, pronto comenzarán más estudios para que A1AT sea una nueva opción de tratamiento aprobada para estos pacientes.

 

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