Osakidetza cuenta con “grupos de investigación punteros” entre los que se encuentra Biocruces Bizkaia, cuyo director científico, Luis Castaño, se felicita por poder estar en el vagón de cabeza de la innovación. Este profesor de Pediatría de la UPV/EHU e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y de Enfermedades Raras, asegura que “hay que conocer los mecanismos de las enfermedades para poder curarlas”.

Está usted en pleno traslado al nuevo edificio, una infraestructura clave para la ciencia vasca.

-Sí porque el nuevo edificio es el reflejo de la evolución de Biocruces Bizkaia y es un reto. Es impresionante en el sentido de que es una apuesta por la investigación y la innovación. Es un espacio que facilita el intercambio de conocimiento, el desarrollo de ciencia y la relación entre investigadores. Nos permite además relacionarnos con la industria y con las empresas.

Además de riqueza de conocimiento genera riqueza económica. ¿Está cuantificada?

-La investigación sanitaria y la innovación suponen riqueza económica. Pero la riqueza más inmediata es la mejora en la salud de la población. Además, al crear nuevos productos y nuevos fármacos también se genera un riqueza real y tangible. Por eso se trata de una apuesta del Departamento de Salud para intentar que estemos en primera línea a nivel europeo. Y el nuevo edificio no es más que una imagen de lo que supone estar en el tren de la innovación.

En tiempos tan competitivos ¿cuesta mucho tener profesionales e instalaciones al mayor nivel?

-Es caro pero es una inversión a futuro. Las cosas van bien y no nos podemos quejar. Y estar en este mundo es más una colaboración que una competición porque se trabaja con centros internacionales porque tienes conocimiento y grupos de investigación.

¿Cuáles son los proyectos más punteros de Biocruces Bizkaia?

-La mayor parte de nuestra investigación se hace a pie de cama del paciente o en las consultas. Somos pioneros en temas en investigación en cáncer, en diabetes, pioneros a nivel de investigación en enfermedades raras, en problemas neurodegenerativos, Parkinson y Alzheimer. Nuestro ámbito refleja la trayectoria que han llevado los centros sanitarios vizcainos. Se está trabajando en los cambios de hábitos de vida o la influencia del ejercicio en los pacientes con enfermedades crónicas… Y eso lo llevan los centros de salud.

Ustedes están avanzando en el estudio del desarrollo del cáncer por causas genéticas.

-El cáncer obedece también a factores como los ambientales y se apuesta por la corrección de estos factores pero también se trabaja con estrategias genéticas para modular el funcionamiento de los genes que presentan problemas. Porque para intentar combatir los tumores lo primero que tenemos que hacer es conocer los mecanismos que lo producen y lo diseminan. Trabajamos mucho en cáncer de próstata, pulmón o riñón para poder intervenir.

La red liderada por Biocruces pretende desarrollar una nueva clase de fármacos, los oligonucleótidos antisentido. ¿De qué se trata?

-Los oligonucleótidos antisentido son pequeños fragmentos de ADN que lo que hacen es intentar modular el funcionamiento de un gen que no funciona bien y que por tanto provoca que la célula tampoco esté bien. Y se intenta usar estos fragmentos de genes para corregir eso. Formamos parte de un consorcio europeo que dirige la doctora Virginia Arechavala para incorporar estas estrategias novedosas para corregir enfermedades raras.

Usted mismo ha recibido el premio José Igea 2018 por un proyecto centrado en adenomas hipofisarios en niños y adolescentes. ¿Qué aplicaciones prácticas tiene?

-Todas las personas que últimamente hayan visitado Cruces han podido ver una exposición de fotos sobre pacientes con gigantismo. Esa enfermedad ocurre porque hay un trastorno que es un adenoma hipofisiaro, un tumor en la hipófisis que provoca mucha hormona del crecimiento y la persona crece y crece. Nosotros estamos trabajando en estudiar por qué se producen estos tumores en la población pediátrica y en los adolescentes. Cuando tienes este tumor en la cabeza, como es una estructura cerrada, al crecer, comprime el resto del cerebro y tiene efectos gravísimos. Estos pacientes suelen diagnosticarse tarde y es importante identificarlos rápidamente e intentar averiguar por qué ocurre la enfermedad.

Están haciendo estudios genéticos al respecto.

-Sí y estamos viendo que muchas de estas enfermedades que se desconocía su origen, son dolencias con un componente genético. Hay que conocer el porqué ocurren, su origen, para intentar hacer un diagnóstico precoz y poder evitar complicaciones posteriores.

De ahí la necesidad de hacer una labor de difusión.

-Es que en medicina las enfermedades de la piel son las únicas que se ven y muchas solo se detectan cuando ya están muy avanzadas. Es por eso que el nuevo Plan Oncológico incide en el diagnóstico precoz porque es muy eficaz para la curación de la enfermedad.

El campo de las enfermedades raras es un gran desconocido en el que ustedes hacen también mucho hincapié.

-Es que en Biocruces Bizkaia, la investigación pediátrica es muy importante. Y muchas enfermedades raras se diagnostican en ese primer periodo de la vida. Muchas de ellas tienen un origen genético y es una prioridad el diagnóstico genético para poder actuar sobre ellas con los distintos mecanismos con los que trabajamos. El instituto por ejemplo lidera el estudio de las enfermedades raras de origen metabólico.

Sin embargo, el ensayo de la terapia génica para los niños de San Filippo resultó fallido.

-No, no fue un tema fallido. El tratamiento de San Filippo se sigue realizando y ahora lo que hay que hacer es esperar para poder analizar los resultados.

Pero no lo hace Biocruces, lo lleva a cabo el hospital de Santiago.

-Es cierto que no se está haciendo en BioCruces. Pero lo importante de los estudios es que se hagan. ¿Dónde?, eso ya importa menos. Pero en estos momentos, una de las estrategias que estamos intentando reforzar es que nuestra misión sea la investigación traslacional al paciente, es decir, la investigación clínica que gracias al nuevo edifico se va a desarrollar con más profundidad.

 

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