España:

Reto conseguido. El nadador Carlos Peña ha llegado este martes al club de remo Ur-Kirolak, un poco más tarde de lo previsto, a las 16.37 horas y ha cumplido con creces su objetivo de batir un nuevo récord mundial nadando 24 horas a espalda, sin interrupción y con unas gafas con un agujero de dos milímetros en la parte de los ojos que a penas le dejaron ver nada.

Así, ha logrado también el propósito que desde un principio se buscaba con esta iniciativa: dar visibilidad a la asociación sin ánimo de lucro ‘DameTVisión’ y concienciar a la ciudadanía sobre la retinosis pigmentaria, unas de las 7.000 enfermedades raras que existen en el mundo y que afecta a la visión de las personas. En la mayoría de los casos deja completamente ciego a quien la sufre.

En el momento de su llegada, dos frases se han escuchado entre todos los curiosos que se han acercado allí para no perderse el momento de su aparición. «¡Carlos, Carlos!», han chillado algunos. A la vez que otros han clamado: «Carlos txapeldun!».

«Sabía a lo que me enfrentaba pero no esperaba nadar 11 horas sin ver absolutamente nada»

Concretamente, el nadador Carlos Peña ha estado nadando 24 horas y 7 minutos. De todo este tiempo, el nadador ha asegurado que lo más duro ha sido la noche, que ha sido «completamente cerrada y sin ninguna luz».

Ocasión en la que no ha podido ver absolutamente nada. «Sabía a lo que me enfrentaba, pero no esperaba nadar durante 11 horas sin ver absolutamente nada, no veía ni a los piragüistas que me acompañaban ni a nadie», ha asegurado el espaldista. Ha agregado que «no estaba en mi mente nadar completamente a ciegas». «En ningún momento he pensado en no seguir con las gafas, dije: si me las quito, doy la prueba como finalizada», ha relatado.

El nadador Carlos Peña ha querido remarcar también la sensación que ha tenido al quitarse las gafas que ha llevado puestas durante todo el reto y la impresión que le ha causado poder ver tras más de 24 horas a ciegas. «Cuando me he quitado las gafas, y me he puesto estas de sol, pensaba que eran gafas normales de ver, la sensación ha sido muy extraña», ha afirmado.

Con este nuevo récord mundial, Peña consiguió dar visibilidad a la retinosis pigmentaria

A pesar de todos los límites a los que se se ha tenido que enfrentar para conseguir su objetivo el nadador Carlos Peña ha manfiestado que «me encuentro muy bien, estoy muy contento porque se ha cumplido el fin principal de este desafío que era dar a conocer la enfermedad». Asímismo ha dicho haber vivido la experiencia con «muchísima emoción».

Una experiencia que le ha servido para comprender y vivir en sus propias carnes lo que sufren día a día los afectados por la enfermedad. El nadador Carlos Peña ha resaltado su admiración y respeto por todos ellos.

«No sé cómo lo hacen y cómo superan todas las barreras, yo ahora me he quitado las gafas y puedo ver todo, puedo veros a vosotros pero esa gente sigue con la enfermedad», ha indicado el nadador.

Ibón Casas, presidente de la asociación sin ánimo de lucro DameTVisión y afectado por la enfermedad no se ha querido perder el momento y hasta ha acompañado al nadador Carlos Peña durante una parte del tramo del desafío en una tabla de padel surf. «Sin ninguna duda hemos conseguido el objetivo», ha recalcado.

Artículos relacionados: retinosis pigmentaria, enfermedades raras, distrofia hereditaria


Fuente: https://goo.gl/gjwqjs