Alemania:

Científicos alemanes han logrado identificar qué indicadores moleculares son clave para ayudar a los oncólogos a decidir el mejor tratamiento para los pacientes con neuroblastoma, el cáncer pediátrico sólido más común en los niños. Se trata de un tumor del sistema nervioso simpático, que es la red que envía los mensajes desde el cerebro al resto del cuerpo, y que afecta a los menores de cinco años. En España se diagnostican unos 50 casos cada año, con un pronóstico muy variable: mientras algunos son letales, a pesar de recibir tratamiento, otros, en cambio, responden bien a la quimioterapia y radioterapia; e incluso en algunos casos los tumores experimentan una regresión espontánea, sin haber sido tratados.

Saber qué factores propiciarán que el tumor tenga una progresión u otra podría ser de gran utilidad para los oncólogos pediátricos, que podrían seleccionar el mejor tratamiento para cada paciente.

Con ese objetivo, un equipo de investigadores, liderados por Sandra Ackermann, del Hospital infantil universitario de Colonia (Alemania) han analizado el genoma de más de 400 neuroblastomas antes de recibir tratamiento y han logrado identificar qué características moleculares se correlacionan con cada pronóstico.

Han visto que los telómeros -secuencias de ADN que están ubicadas en los extremos de los cromosomas, como si fueran tapones- desempeñan un papel clave. Al parecer, los tumores que tienen mecanismos de mantenimiento de los telómeros junto con ciertas alteraciones genéticas tienen un riesgo más elevado de peor pronóstico y necesitan un tratamiento más agresivo que los tumores que no tienen estas características. Publican sus resultados en la revista Science.

Investigaciones previas ya habían sugerido que existe una relación entre el resultado clínico y la presencia o ausencia de mutaciones en genes que se sabe que influyen en el mecanismo de mantenimiento de los telómeros; este mecanismo es una característica primordial de las células tumorales. En condiciones normales, los telómeros se acortan cada vez que la célula se divide y cuando alcanzan cierta longitud, la célula entra en un proceso de senescencia y muere. Sin embargo, las células tumorales, a pesar de dividirse mucho, son capaces de escapar de ese destino restableciendo la longitud de los telómeros y así continuar proliferando. Y lo hacen activando un método de mantenimiento de telómeros.

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Fuente: https://goo.gl/fn4b4n