Sinónimos: Botulismo cutáneo mediado por toxina
Botulismo por infecciones de piel
Botulismo por infección cutánea
Botulismo por inoculación
Botulismo por toxiinfección de la piel

Prevalencia: Desconocido

Herencia: –

Edad de inicio o aparición: Variable

 

Resumen

El botulismo por herida es una forma infecciosa rara de botulismo (ver término), una enfermedad rara adquirida de la unión neuromuscular con parálisis flácida descendente causada por la neurotoxina botulínica (BoNT), y producida tras la infección de una herida por Clostridium botulinum. Se desconoce la prevalencia. Hasta la fecha, se han descrito unos 700 casos en todo el mundo. Las manifestaciones clínicas son similares a otras formas de botulismo (parálisis simétrica de los nervios craneales, seguida de una parálisis motora, flácida, simétrica y descendente), en especial al botulismo alimentario (ver término), excepto por la ausencia de signos digestivos (náusea, vómitos y diarrea) y la posible presencia de fiebre.

La enfermedad, anteriormente ligada a lesiones traumáticas o, raramente, a operaciones quirúrgicas, está mayoritariamente ligada en la actualidad al uso de drogas por vía parenteral o nasal, y afecta a toxicómanos en la cuarta o quinta década de vida, debido a un material contaminado o heroína negra contaminada. Se trata de una enfermedad infecciosa pero no transmisible. Se considera un periodo de incubación, en caso de lesiones traumáticas, de 7 a 14 días, aunque es difícil de establecer en el caso de toxicómanos que pueden inyectarse droga varias veces al día.

El botulismo por herida es debido a la colonización de una herida, un forúnculo, un absceso o de un lugar de inoculación por parte de esporas de C. botulinum con la subsecuentes germinación y la producción de toxina in vivo en el lugar de la infección. La toxina difunde por la sangre hasta alcanzar las uniones neuromusculares. Los casos descritos están todos ligados a C.botulinum tipo A y tipo B, salvo un caso ligado al tipo E.

El diagnóstico inicial de la enfermedad se basa en la sospecha clínica en pacientes con antecedentes de herida infectada reciente o toxicomanía. En ocasiones las lesiones no son aparentes y debe buscarse la presencia de abscesos profundos o desinusitis. La confirmación del diagnóstico viene dada por la evidencia de BoNTs en el suero y en las heridas. La detección del Clostridium/i> productor de BoNTs en las muestras recogidas de la herida basta para el diagnóstico de laboratorio. El análisis de las heces y la comida puede ser útil para descartar otras formas de botulismo.

El diagnóstico diferencial incluye: miastenia grave, síndrome de Guillain-Barré (síndrome de Miller-Fisher), el síndrome de Lambert-Eaton, así como el botulismo intestinal y el botulismo alimentario (ver términos). El tratamiento con antitoxina debe estar asociado a un cuidado paliativo en una unidad de cuidados intensivos. Es un tratamiento efectivo si se administra cuando aparecen los síntomas. En Europa, están disponibles la formulación trivalente (anti A, B, E) y la heptavalente (anti A-G). EN los Estados Unidos, están disponibles antitoxinas bivalentes (anti A, B) y monovalentes (anti E). El manejo específico del botulismo por herida incluye el desbridamiento quirúrgico de la herida con irrigación para eliminar el origen de la toxina, y el tratamiento antibiótico con penicilina y metronidazol.

La clindamicina y los aminoglucósidos están contraindicados ya que pueden exacerbar el bloqueo neuromuscular. El pronóstico es bueno con una asistencia médica apropiada; la muerte sólo se produce en el 7% de los casos, y es resultado de una insuficiencia respiratoria. El botulismo por herida puede volver a ocurrir en toxicómanos.

 

Revisores expertos

 

  • Dr Lucia FENICIA

 

 

 


Fuente: http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/Disease_Search.php?lng=ES&data_id=18029&Disease_Disease_Search_diseaseGroup=Botulismo-por-herida&Disease_Disease_Search_diseaseType=Pat&Enfermedade%28s%29/grupo%20de%20enfermedades=Botulismo-por-herida&title=Botulismo-por-herida&search=Disease_Search_Simple