Sinónimos: Anemia diseritropoyética congénita tipo 1
CDA I
CDA tipo 1
CDA tipo I

Prevalencia: <1 / 1 000 000

Herencia: Autosómico recesivo

Edad de inicio o aparición: Neonatal / infancia

 

Resumen

La anemia eritropoyética congénita de tipo I (ADC I) es un trastorno hematológico de la eritropoyesis caracterizado por anemia macrocítica de moderada a grave, ocasionalmente asociada con deformación de las extremidades o de las uñas y escoliosis.

Su prevalencia es desconocida. En un periodo de 42 años (1967-2009) se han descrito 122 casos de ADC I en Europa.

La ADC I se presenta normalmente durante la primera década de vida. Se manifiesta con anemia macrocítica moderada asociada a ictericia intermitente, normalmente esplenomegalia y ocasionalmente hepatomegalia. Aproximadamente un tercio de los pacientes de ADC I pueden presentar también malformaciones congénitas de las extremidades (dedos del pie supernumerarios, sindactilia en las manos o en los pies, ausencia de uñas) o del corazón (defecto del tabique ventricular), riñones dobles, baja estatura o displasia de cadera. Con el paso del tiempo se pueden producir colelitiasis o cálculos biliares. La complicación principal es la sobrecarga de hierro, que puede dañar los órganos internos.

La etiología de la ADC I no se conoce completamente, pero la mayoría de los casos se ha asociado a mutaciones en el gen CDAN1 (15q15.2), que codifica una proteína chaperona de histonas. Recientemente se han descrito mutaciones en una endonucleasa, aún sin caracterizar, codificada por el gen C15ORF41 (15q14) en tres pacientes sin mutaciones en el gen CDAN1, lo que lo convierte en un segundo gen causante de ADC I. Como algunos casos de ADC I no presentan mutaciones conocidas en ninguno de estos dos genes, es posible que exista un tercer locus.

Se diagnóstica a través de los valores bioquímico-analíticos, la caracterización de los eritrocitos y el estudio de la médula ósea. Las concentraciones de hemoglobina y haptoglobina son bajas, las de bilirrubina y ferritina, altas, el frotis de sangre presenta anisopoiquilocitosis y basofilia punteada. El aspirado de médula ósea o la biopsia por trépano revelan hiperplasia eritroide (con una relación de células eritropoyéticas a células granulopoyéticas de 3 a 8), aberraciones megaloblastoides en la estructura de la cromatina, grandes células poliploides con núcleo irregular, algunos eritroblastos policromáticos bi-, tri- o tetranucleados, y puentes cromatínicos internucleares en el 1% – 8% de todos los eritroblastos. Al microscopio electrónico se aprecia heterocromatina esponjosa con aspecto de «queso suizo» (del inglés »swiss cheese appearance»).

El diagnóstico de ADC debe tenerse en cuenta sólo después de excluir otras causas posibles de macrocitosis (deficiencia de vitamina B12, deficiencia de ácido fólico u otras anemias megaloblásticas como la anemia perniciosa o el síndrome de anemia megaloblástica sensible a tiamina; ver este término), diseritropoyesis adquiridas (trastornos mielodisplásicos) y anemias hemolíticas. También debe excluirse el síndrome de Gilbert (ver este término) y las infecciones.

El diagnóstico prenatal para embarazos de riesgo requiere la identificación previa de las mutaciones causantes de la enfermedad en la familia.

En la ADC I es posible proporcionar asesoramiento genético, su herencia es autosómica recesiva.

 

Revisores expertos

 

  • Dr Mayka SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

 

 

 


Fuente: http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/Disease_Search.php?lng=ES&data_id=13886&Disease_Disease_Search_diseaseGroup=CDA-tipo-&Disease_Disease_Search_diseaseType=Pat&Enfermedade%28s%29/grupo%20de%20enfermedades=Anemia-diseritropoyetica-congenita-tipo-I–CDA-tipo-I-&title=Anemia-diseritropoyetica-congenita-tipo-I–CDA-tipo-I-&search=Disease_Search_Simple