Sinónimos: Enteropatía autoinmune tipo 1
IPEX

Prevalencia: <1 / 1 000 000

Herencia: Recesivo ligado al X

Edad de inicio o aparición: Infancia / Neonatal

 

Resumen

El síndrome de inmunodesregulación – poliendocrinopatía – enteropatía ligada a X (IPEX) es una enfermedad autoinmunitaria sistémica congénita grave que se caracteriza por diarrea refractaria, endocrinopatías, afectación cutánea e infecciones.

Su prevalencia es desconocida. Hasta la fecha se ha registrado menos de 150 casos, pero es probable que la enfermedad este infradiagnosticada.

Normalmente, el síndrome IPEX se desarrolla durante los primeros días o las primeras semanas de vida, y afecta exclusivamente a varones. Se manifiesta con la aparición secuencial de la tríada formada por enteropatía, enfermedad autoinmunitaria y afectación cutánea, pero el cuadro clínico y la gravedad de la enfermedad pueden variar considerablemente de unos individuos a otros. La enteropatía autoinmunitaria grave se manifiesta con diarrea secretora intratable que provoca malabsorción, problemas electrolíticos y retraso en el crecimiento. También se pueden producir vómitos, íleitis, gastritis o colitis. Los pacientes también pueden presentar endocrinopatías autoinmunitarias, generalmente diabetes mellitus insulinodependiente (DM de tipo 1), pero también tiroiditis que deriva en hipotiroidismo o hipertiroidismo. La afectación cutánea consiste en una erupción pruriginosa generalizada parecida a un eccema, psoriasis y/o dermatitis atópica o exfoliativa. Con menor frecuencia se puede observar también alopecia u onicodistrofia. Los pacientes pueden desarrollar citopenias autoinmunitarias, trombocitopenia, anemia hemolítica y neutropenia. La afectación autoinmunitaria también puede provocar neumonitis, hepatitis, nefritis, miositis, esplenomegalia y linfoadenopatía. Se puede producir infecciones locales o sistémicas (como neumonía, infecciones por Staphylococcus aureus o candidiasis), pero parecen ser debidas a la pérdida de barreras cutáneas e intestinales, terapias inmunosupresoras y mala alimentación más que a la propia inmunodeficiencia primaria.

El síndrome IPEX está causado por mutaciones en el gen FOXP3 (Xp11.23). Este gen codifica un factor de transcripción forkhead que controla el desarrollo y la actividad de las células T reguladoras CD4+ CD25+, una importante población linfocitaria implicada en la disminución de la expresión de las respuestas inmunitarias y la autotolerancia.

El diagnóstico se basa en el análisis clínico, los antecedentes familiares y los datos analíticos que ponen de manifiesto la enteropatía autoinmunitaria (autoanticuerpos frente a enterocitos, harmonina y villina), DM de tipo 1 (anticuerpos frente a insulina, anti-células de los islotes pancreáticos o frente a la glutamato-descarboxilasa), tiroiditis (anticuerpos anti-tiroglobulina y anti-peroxidasa microsomal) y citopenia (anticuerpos antiplaquetarios y anti-neutrófilos, test de Coombs positivo). El análisis genético molecular confirma el diagnóstico.

El diagnóstico diferencial incluye los síndromes de Wiskott-Aldrich y Omenn, las deficiencias de STAT1, CD25, IL10R o STAT5b, la diabetes neonatal transitoria, la inmunodeficiencia combinada grave o las formas intermedias de inmunodeficiencia combinada, la trombocitopenia ligada a X y la hipoplasia o agenesia pancreáticas (ver estos términos).

Es posible realizar un diagnóstico prenatal a partir de muestras de vellosidades coriónicas tras la determinación del sexo fetal por análisis de cariotipo para familias en las que se ha identificado la mutación causante de la enfermedad.

Es una enfermedad de transmisión recesiva ligada al cromosoma X. Si el feto es varón existe un 50% de riesgo de transmisión. El 50% de las mujeres serán portadoras.

El único tratamiento curativo para el IPEX es el trasplante de precursores hematopoyéticos (HSCT), que es mucho más eficaz si se realiza en las etapas tempranas de la enfermedad. Las medidas de apoyo incluyen monoterapia o terapia combinada de inmunosupresores con glucocorticoides (prednisona y metilprednisolona), ciclosporina A (CSA), tacrolimús, azatioprina, rapamicina, sustitución de por vida con insulina y hormonas tiroideas en caso de presentar alteraciones en estos órganos. CSA tópica para las manifestaciones cutáneas, y nutrición parenteral en casos graves de enteropatía.

Sin un diagnóstico y un tratamiento precoces, la enfermedad suele ser mortal en los dos primeros años de vida. Algunos pacientes pueden sobrevivir la primera infancia. Con HSCT, la esperanza de vida puede llegar a ser normal, aunque pueden persistir algunas dificultades de alimentación durante muchos meses después del trasplante. El desarrollo neurológico es normal.

 

 

 

Revisores expertos

  • Dr Andrew GENNERY

 

 


Fuente: http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/Disease_Search.php?lng=ES&data_id=10440&Disease_Disease_Search_diseaseGroup=IPEX&Disease_Disease_Search_diseaseType=Pat&Enfermedade%28s%29/grupo%20de%20enfermedades=S-ndrome-de-inmunodesregulaci-n—poliendocrinopat-a—enteropat-a-ligada-a-X–IPEX-&title=S-ndrome-de-inmunodesregulaci-n—poliendocrinopat-a—enteropat-a-ligada-a-X–IPEX-&search=Disease_Search_Simple