En un bosque que se encuentra cerca de un lago vive un conejo muy pequeño que sale de su madriguera todos los días con el fin de encontrar algo para comer y jugar por el resto de la tarde.

La mamá del conejito no le dejaba salir, pero este la convenció prometiéndole que sería muy cuidadoso, sobre todo cerca del lago; y efectivamente, con pequeños pasos, se acercó a la orilla.

Y cuál fue su sorpresa al ver una extraña ave, muy grande, llena de plumas. El ave se acercó y le dijo, «No temas, conejito, hace algún tiempo que te he visto acompañado de tu mamá, y me he preguntado si podrías aceptarme como tu amigo».

Al oir esto, el conejito lo miró largo rato y después de pensarlo, con su carita muy sonriente le contestó, «¡Claro que seremos unos grandes AMIGOS!».