Sinónimos: CRBM

Prevalencia: Desconocido

Herencia: Autosómico dominante
o Autosómico recesivo
o No aplicable

Edad de inicio o aparición: Infancia

 

Resumen

El querubismo es una enfermedad genética fibroósea autolimitada rara de la infancia y la adolescencia que se caracteriza por varios grados de crecimiento anómalo bilateral progresivo de la mandíbula, el maxilar o ambos, con repercusiones clínicas en casos graves.

La prevalencia del querubismo es desconocida y difícil de determinar a causa del amplio espectro clínico existente. En todo el mundo se han registrado unos 300 casos en diversos grupos étnicos. El trastorno afecta a hombres y mujeres por igual.

Los pacientes son normales al nacer y la mayoría desarrolla algún grado de agrandamiento mandibular y maxilar simétrico entre los dos y los cinco años de edad. Estas lesiones se consideran agresivas, no agresivas o quiescentes en función de su comportamiento clínico, y cada tipo corresponde a un grupo de edad concreto (primera infancia, adolescencia o edad adulta). En las primeras etapas de la enfermedad, los pacientes pueden presentarse con agrandamiento de los nódulos linfáticos. Las manifestaciones clínicas son muy variables, desde los casos subclínicos hasta el agrandamiento grave que causa complicaciones visuales, respiratorias, en el habla, en la masticación y en la deglución. En casos graves, las lesiones fibroóseas pueden invadir las paredes orbitales y causar retracción de los párpados inferiores, desplazamiento del globo, proptosis o diplopía. Las complicaciones respiratorias son infrecuentes, pero pueden incluir apnea obstructiva del sueño, obstrucción de las vías respiratorias superiores y obliteración de las vías nasales. Las lesiones progresan lentamente hasta la pubertad y después empiezan a estabilizarse y a revertir mediante remodelación ósea hasta la edad de treinta años aproximadamente. A esta edad, generalmente las anomalías faciales dejan de ser visibles. Las anomalías dentales incluyen disposición alterada de la dentición primaria, ausencia de algunos dientes, molares rudimentarios, exfoliación prematura de la dentición primaria y desplazamiento de la dentición permanente por las lesiones quísticas. La maloclusión es habitual. Otros órganos y sistemas no suelen estar afectados. El querubismo también forma parte del síndrome de Ramon, la neurofibromatosis 1 y el síndrome de X frágil (ver estos términos).

El querubismo está causado por mutaciones de cambio de sentido en el gen SH3BP2 (4p16.3) en aproximadamente el 80% de los casos, lo que sugiere heterogeneidad genética. El mecanismo exacto que subyace a la expansión fibrosa no se conoce. Los datos experimentales apuntan a una posible enfermedad autoinflamatoria.

El diagnóstico se basa en los signos clínicos, la edad del paciente, los antecedentes familiares y los resultados radiográficos, y se puede confirmar mediante análisis genético. Los análisis histológicos muestran células fusiformes incrustadas en fibras de colágeno intersticiales y células gigantes de tipo osteoclasto.

El diagnóstico diferencial incluye el síndrome Noonan-like, el síndrome de hiperparatiroidismo – tumor mandibular, la displasia fibrosa de hueso (ver estos términos), el tumor pardo del hiperparatiroidismo y el granuloma central de células gigantes.

El diagnóstico prenatal es posible en familias en las que se sabe que existe una mutación causante de la enfermedad.

Cerca del 50% de los casos son familiares, y el resto parecen estar relacionados con mutaciones de novo. El querubismo se considera un rasgo autosómico dominante, pero hay informes que sugieren una transmisión autosómica recesiva. Se recomienda asesoramiento genético a las familias afectadas.

Se recomienda un seguimiento clínico y radiográfico durante la fase de crecimiento de las lesiones. Puesto que el trastorno suele ser autolimitado, no siempre se recomienda la cirugía. No obstante, en pacientes con manifestaciones funcionales, o por razones estéticas y para mejorar la calidad de vida, puede ser necesaria alguna intervención quirúrgica que implique resección, curetaje o modelado. Generalmente la cirugía está indicada cuando las lesiones se han vuelto quiescentes y con ella no se altera el curso de la enfermedad. Hay que poner especial atención en los aspectos psicológicos relacionados con la desfiguración de la cara durante la infancia y la adolescencia.

A pesar de la posible gravedad de los signos y los síntomas, la enfermedad es benigna y el pronóstico es muy bueno; los casos de deformidad residual registrados son raros.

 

 

Revisores expertos

  • Dr Berivan BASKIN