«Mi peor día, mi peor caída, mi peor dolor de cabeza, mi peor moratón, mi peor calambre, lo peor que se le pueda ocurrir a alguien, nunca ha sido nada comparado con lo que ha tenido que pasar August». Así habla Via, la hermana de August Pullman en «Wonder», la película más emotiva del año que desafía los tópicos del acoso escolar. Basada en la novela superventas de R.J. Palacio, cuenta la inspiradora historia de August Pullman, un niño de diez años que nació con unas malformaciones faciales que, hasta ahora, le han impedido asistir normalmente a la escuela. Sin embargo, todo cambiará cuando empiece a asistir al colegio.

Mientras su familia, sus nuevos compañeros y el resto de la comunidad se esfuerzan por mostrarle compasión y aceptación, el extraordinario Auggie los unirá a todos y demostrará que no puedes pasar desapercibido cuando has nacido para destacar. Así se convierte en el héroe más especial del colegio cuando empieza a destacar entre los colegiales de quinto curso.

La historia de un niño de 10 años con malformaciones faciales se convierte así en una visión con múltiples lados de lo que significa ser mejor persona. El nominado al Globo de Oro Jacob Tremblay («La habitación») aborda el papel único en su clase de Auggie Pullman, cuyos defectos de nacimiento y numerosas intervenciones quirúrgicas lo han mantenido lejos del colegio. Auggie se encuentra de pronto metido de golpe en el que para él es todo un nuevo mundo.

Todo lo que ha querido siempre Auggie es ser un niño como los demás, pero, como no deja de repetirle su hermana, no puedes ser corriente cuando has nacido para destacar. Aunque antes se escondiera dentro de un caso de astronauta, de pronto deberá afrontar todo un universo de niños que lo miran boquiabiertos y no saben muy bien cómo tratar con él. En un año por momentos divertido, duro y hermoso, Auggie y todo cuanto lo rodea se verán transformados por las cosas que más importan: la amistad, el valor y la elección cotidiana de ser amables con todos los que se crucen en tu camino.

 

Pocos libros tienen el poder de hacer actuar a la gente, pero ese fue el insólito caso de la novela de R.J. Palacio «Wonder. La Lección de August». Publicada en 2013, la obra asumía riesgos considerables. ¿Estaban los lectores realmente   preparados para seguir a un chico que, debido a un problema genético, había nacido con una pronunciada «anomalía craneofacial» que podía hacer que los desconocidos se quedaran parados? Resulta que los lectores quedaron más que intrigados por Auggie Pullman. La visión divertida y al mismo tiempo sin miramientos de Palacio sobre la vida de Auggie –y su inclusión de los numerosos puntos de vista de aquellos que lo rodean– sirvió para inspirar una idea en mucha gente: que en el mundo actual podemos centrarnos tanto en lo superficial, que nos olvidamos de lo que siente la gente detrás de esa fachada.

Mientras muchas otras novelas exploran oscuros mundos distópicos, «Wonder. La Lección de August» dio un giro de 180 grados, para demostrar que una historia apasionante puede centrarse en algo tan aparentemente simple como descubrir cómo ser bueno con los demás. «Siempre he visto ‘Wonder. La Lección de August’ como una reflexión sobre la amabilidad», resume Palacio en las notas de producción de eOne.

El libro fue pasando de mano en mano, familia a familia, hasta vender más de cinco millones de ejemplares, pero su impacto fue mucho más allá, ya que también puso en marcha un movimiento comunitario de «Elige ser amable» e inspiró a los lectores a compartir sus propias historias».

«Cuando escribí el libro, no buscaba algo que se convirtiera en un fenómeno mundial. Escribí el libro sin expectativas, sin saber siquiera si se publicaría», admite Palacio. «Solo quería escribir una pequeña historia con un mensaje sencillo de amabilidad, de modo que así es como me pareció que se debía abordar también la película».

Auggie explica en el filme cómo la gente «aparte la mirada al verme». Ese momento es lo que realmente inspiró la creación de su personaje. R.J. Palacio reconoce abiertamente que ella fue la que, en 2008, se encontró eludiendo, en lugar de afrontar, a un niño que tenía un aspecto distinto en un incidente en una heladería. Diseñadora gráfica de día y aspirante a escritora de noche, había salido con sus hijos cuando hizo algo que lamentó profundamente. La autora continúa contando la historia: «Nos encontramos sentados junto a un niño con graves anomalías craneofaciales, que venía a tener más o menos el aspecto con el que describo a Auggie en el libro». Pero la cosa no acabó ahí. Avergonzada, Palacio quería afrontar su reacción, volver las tornas y observar la situación desde el punto de vista más importante: el del niño que sin querer la suscitó. «Empecé a pensar en lo que debe ser vivir cada día afrontando un mundo que no sabe cómo afrontarte. Empecé a escribir el libro esa misma noche». Entonces fue cuando nació Auggie Pullman.

Pese a todos los problemas médicos asociados con el síndrome Treacher-Collins, los niños que viven con este síndrome son como todos los niños: curiosos, sensibles y resistentes. Ambas realidades se combinan para producir una experiencia única para cada familia. Pero la mayoría de las familias encuentran un aspecto como el más duro de afrontar: las reacciones a menudo desconsideradas de los demás. Eso llevó a Palacio a centrarse en algo más que había querido estudiar desde hace tiempo: la raíz de la simple y sencilla compasión. «Todo padre quiere un mundo mejor para sus hijos, pero a veces olvidamos que son las cosas más sencillas las que sirven para crearlo. Por eso quería llenar este libro con muchos ejemplos distintos de lo importante que es ser amable con los demás», explica.

 

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