Se trata del primer programa de inmunización puesto en marcha a nivel mundial con esta vacuna, la única actualmente autorizada en Europa, cuya administración se recomienda en tres dosis, a los dos y cuatro meses de edad, más una dosis de refuerzo a los 12 meses.

Después de un año, los datos del Public Health England (PHE) presentados en un congreso internacional que se celebra estos días en Manchester muestran una efectividad de la vacuna del 83 por ciento frente a cualquier cepa de meningococo B en aquellos lactantes que reciben las primeras dos dosis de las tres dosis recomendadas.

Asimismo, el número de casos en niños menores de un año, el grupo con una incidencia más alta y un mayor riesgo en caso de infección, se redujo en un 42 por ciento, al registrar 37 casos en los primeros diez meses del programa frente a los 74 casos de media registrados en los últimos cuatro años.

La aceptabilidad de la vacuna en el programa nacional de inmunización del Reino Unido fue igualmente elevada y, de los más de 600.000 lactantes de 0-1 años de edad que pueden beneficiarse de la vacuna, se estima que más del 90 por ciento recibieron dos dosis.

El responsable médico de GSK Vacunas, Thomas Breuer, celebró estos resultados iniciales ya que demuestran cómo la vacuna “ayuda a proteger a los lactantes en el Reino Unido de esta enfermedad, a menudo, mortal”.

“El informe presentado proporciona tranquilidad a los padres que ya han vacunado a sus hijos o desean ayudar a proteger a sus hijos frente a la meningitis B en el futuro”, destacó.

MÁS DATOS A FINALES DE ESTE AÑO

Los datos presentados demuestran el impacto inmediato sobre las tasas de la enfermedad meningocócica tipo B en la población objetivo del programa después de dos dosis de la vacuna, si bien los autores esperan contar con más datos a finales de este año cuando los primeros lactantes del programa reciban su dosis de refuerzo.

La enfermedad meningocócica invasiva por serogrupo B es la principal causa de meningitis que puede poner en peligro la vida de los pacientes en el mundo industrializado. Aunque la enfermedad meningocócica invasiva por serogrupo B no es común, la progresión de la enfermedad es muy rápida, entre los niños y adolescentes previamente sanos, con una alta morbilidad y mortalidad.

Los síntomas iniciales a menudo pueden parecerse a los de la gripe, haciendo difícil su diagnóstico. Aproximadamente una de cada 10 de las personas que contraen la enfermedad morirá, incluso con el tratamiento adecuado. Además, hasta un 20 por ciento de los pacientes que sobreviven a una meningitis bacteriana presentan secuelas físicas o neurológicas importantes (amputaciones, de miembros, pérdida de la audición o convulsiones).

 

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