El responsable de la Unidad de Dolor del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, José Mª Hernández, ha destacado la aparición de nuevas terapias que consiguen abordar de una manera más eficaz la neuralgia pudenda, un problema cada vez más frecuente en la sociedad.

«Se trata de una patología muy dolorosa para el paciente, que suele manifestar empeoramiento al estar sentado y mejoría al estar de pie«, ha explicado el doctor. En concreto, la mayoría de pacientes describen como síntoma principal el dolor perianal o en la zona genital, aunque también puede acompañarse de quemazón, pinchazos, estreñimiento, disfunción sexual, escozor o dolor al orinar o defecar.

Estos síntomas pueden aparecer en ambos lados o ser unilateral y la causa, según ha informado Hernández, se suele deber a un atrapamiento del nervio en su trayecto, ya sea por una cirugía, una episotomía en el parto, traumatismos, infecciones, accidentes o deportes, como el ciclismo o el levantamiento de pesas. «También influye el estar sentado mucho tiempo, si bien en ocasiones no logramos encontrar la causa«, ha apostillado.

Dicho esto, el experto ha explicado que el diagnóstico se basa sobre todo en los síntomas, ya que las pruebas de imagen sólo están indicadas cuando existan dudas con respecto a otras patologías, es decir, como descarte, y el electromiograma, aunque puede ser de ayuda, no siempre es conclusivo.

TRATAMIENTOS EN LA UNIDAD DEL DOLOR

La neuralgia pudenda se puede abordar desde diferentes especialidades, como Urología, Ginecología, Neurología o Cirugía, sin embargo, desde la Unidad del Dolor se ofrecen tratamientos alternativos a la intervención quirúrgica que resultan muy efectivos en aquellos casos en los que los pacientes no han obtenido mejoría con medicación.

La primera posibilidad es el bloqueo anestésico del nervio pudendo, un tratamiento «sencillo, algo molesto, pero no doloros»o y que produce mejoría en la mayoría de pacientes durante meses. «Cuando el dolor retorna se puede repetir el proceso sin ningún problema, sin embargo, si la duración es muy corta, otra opción sería la radiofrecuencia del nervio pudendo«, ha aseverado el doctor.

Esta segunda opción se lleva a cabo en quirófano, de forma ambulatoria, con anestesia local y, si fuera preciso por ansiedad o nerviosismo del paciente, sedación. «Consiste en la aplicación de un tipo de corriente de alta frecuencia durante 6 minutos que disminuye la irritabilidad de los nervios y mejora el dolor de forma significativa«, ha aclarado, para avisar de que, en este caso el tratamiento, «no siempre es definitivo y se puede repetir al cabo de varios meses«.

La tercera opción, que se aplicaría en los casos más difíciles, en los que no se ha conseguido mejoría con tratamientos previos, se plantea el uso de electrodos de estimulación sacra, los cuales se implantan en quirófano, con sedación y anestesia local.

«Se realiza en dos fases: una inicial de prueba, en la que el paciente es portador de los electrodos durante un período de entre dos y cuatro semanas. Si obtiene mejoría, posteriormente se implantará una pila, una batería similar a la que se emplea en los marcapasos, que administrará la energía para el alivio del dolo. Este último tratamiento ofrece un alto grado de eficacia en los casos más complejos«, ha zanjado Hernández.

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