Sinónimos:

Prevalencia: 1-9 / 100 000

Herencia: Autosómico recesivo

Edad de inicio o aparición: Infancia / Neonatal

 

Resumen

El síndrome de Pendred (PDS) es un trastorno genético clínicamente variable caracterizado por pérdida auditiva neurosensorial bilateral y bocio eutiroide.

El PDS es una de las formas más frecuentes de sordera genética sindrómica. Aunque la prevalencia es desconocida, el PDS puede suponer hasta el 7,5% de los casos de pérdida auditiva congénita.

Se ha encontrado una variabilidad fenotípica considerable incluso dentro de la misma familia. El principal síntoma clínico de presentación es la sordera neurosensorial prelocutiva, aunque en ocasiones la pérdida auditiva se desarrolla posteriormente en la infancia. El grado de pérdida auditiva es variable: puede ser de leve a moderada y progresiva en algunos pacientes, y de grave a profunda en otros. También son comunes las fluctuaciones en la capacidad auditiva y pueden estar asociadas o precedidas por vértigo. La aparición y presentación del bocio eutiroide (75%) es muy variable dentro y entre familias, con un agrandamiento de la tiroides que por lo habitual se desarrolla en la infancia tardía y edad adulta temprana. La tiromegalia es reflejo de un defecto en el transporte de yodo desde el tirocito al coloide, aunque la organificación en sí no está afectada. Si la ingesta de yodo en la dieta es baja, se puede desarrollar hipotiroidismo. La sordera genética asociada al locus DFNB4 incluye un espectro fenotípico que abarca desde el PDS en un extremo hasta la sordera neurosensorial no sindrómica recesiva tipo DFNB (consulte este término) en el otro. En los pacientes con esta última enfermedad, la función tiroidea es normal.

El 50% de los pacientes, aproximadamente, presenta mutaciones genéticas en homocigosis o en doble heterocigosis: mutaciones en homocigosis en SLC26A4 (7q31), o mutaciones en doble heterocigosis en SLC26A4 y en FOXI1 (5q34), o en SLC26A4 y KCNJ10 (1q23.2). Casi todas las mutaciones identificadas en SLC26A4 son en homocigosis. Este gen codifica para la pendrina, un intercambiador aniónico multifuncional de 780 aminoácidos. El porcentaje de personas afectadas que presenta mutaciones en doble heterocigosis supone menos del 1%.

El diagnóstico se basa en la presencia de una deficiencia auditiva, de anomalías del hueso temporal del oído interno y de un resultado anómalo en la prueba de descarga con perclorato (si disponible) o bocio. Las anomalías del oído interno varían desde el acueducto vestibular dilatado (EVA, que es muy común en DFNB4) hasta la hipoplasia coclear (una disminución en el número de espiras cocleares que se presenta además de EVA, lo que es muy inusual en DFNB4 pero común en PDS). Estas anomalías se pueden diagnosticar mediante tomografía computarizada (CT) y/o por resonancia magnética (RM), aunque la primera proporciona una mejor resolución de los cambios óseos. El diagnóstico se confirma mediante la prueba genética molecular, que está disponible en la práctica clínica.

El diagnóstico diferencial de la pérdida auditiva congénita no sindrómica es muy extenso, con más de 80 causas genéticas identificadas hasta la fecha. En caso de que se haya obtenido imágenes del hueso temporal para evaluar la pérdida auditiva fluctuante y se haya observado EVA o hipoplasia coclear, el diagnóstico diferencial es más reducido e incluye las infecciones congénitas por citomegalovirus, el síndrome BOR (consulte este término) y la sordera en el locus DFNX2 (POU3F4).

Es posible llevar a cabo un diagnóstico prenatal en embarazos de riesgo cuando se conocen las mutaciones en la familia.

El PDS sigue un patrón de herencia autosómico recesivo. Se debe proporcionar asesoramiento genético a las familias afectadas.

El abordaje incluye la realización de audiogramas anuales y el uso de audífonos con la amplificación adecuada tan pronto como se diagnostica la afectación auditiva. Aquellos pacientes con pérdida auditiva de grave a profunda deberían ser evaluados para un posible implante coclear y, cuando corresponda, se debería considerar su inclusión en programas educativos específicos para personas con discapacidad auditiva. La función tiroidea anómala debe ser tratada con la terapia estándar.

Los pacientes con PDS pueden desarrollar una pérdida auditiva progresiva. No obstante, todavía no es posible identificar a estos pacientes con antelación. Como norma general, sin embargo, la progresión de la pérdida auditiva es más común en pacientes con anomalías más graves del oído interno.

 

 

Revisores expertos

  • Pr Richard SMITH

 

 


Fuente: Orphanet (Síndrome de Pendred)