La acatisia es un síndrome que genera la necesidad irresistible de estar en constante movimiento. Sólo hay alivio cuando el paciente se mueve y si trata de estar quieto, se produce una intensa sensación de malestar.

El psiquiatra estadounidense Keneth Kendler, director del Instituto de Virginia (EE. UU.) de Psiquiatría y Genética del Comportamiento, lo describió en 1976: “La idea de caminar era particularmente atractiva. No podía concentrarme. No podía permanecer sentado. Cuando dejaba de moverme la ansiedad incrementaba. La sensación de que una influencia extraña me forzaba a moverme fue dramática y la severidad de la disforia era asombrosa”.

Daniela Ruiz, una antioqueña que sufrió el síndrome, le dijo a Semana.com que estuvo enferma de dengue y esto le producía vómito. Entonces los médicos le sugirieron que tomara Plasil, un fármaco muy usado para reducir las náuseas, vómitos y dolores de cabeza. Luego le dieron una droga con altos grados de metroproclamida, un fármaco que puede tener efectos adversos. El más frecuente y severo es la acatisia.

“El desespero es absurdo. No podía quedarme quieta un segundo, me quitaba la ropa de la ansiedad, estaba molesta, terminé con mi novio, quería y no quería hablar”, dijo Ruiz.

Síntomas

El neuropsiquiatra checo Lad Haskovec reportó a la Sociedad de Neurología de París dos casos en 1901: el primero fue un hombre de 40 años que presentó temblor generalizado e incapacidad para estar quieto y que además tenía sensación de vértigo, malestar, piernas inquietas y temor a caerse en cualquier momento. El segundo caso fue el de un hombre de 53 años quin tenía episodios de inquietud, agitación e incapacidad para estar quieto.

El cuadro clínico puede durar entre dos y cuatro horas y generalmente es inducida por el consumo de fármacos. Puede aparecer después de transcurridas las primeras horas del inicio de la administración de un medicamento, aunque normalmente se desarrolla en días o semanas, y menos frecuentemente luego de meses.

Ya que los síntomas de acatisia son muy similares a otras enfermedades y síndromes, como el de piernas inquietas (SPI), fibromialgia o la mioclonía nocturna, es difícil hacer un diagnóstico.

Según un estudio realizado por Marle Isabel Duque, residente de psiquiatría de la Universidad de Antioquia, y Carlos Alberto Cardeño Castro, psiquiatra del Hospital San Vicente de Paúl de Medellín, los síntomas más típicos son movimiento frecuente de las piernas, caminar en un mismo lugar cuando se pone de pie, arrastrar los pies y balanceo de una y otra pierna de una forma compulsiva o hiperactiva mientras se permanece sentado.

Otras causas

La acatisia también puede ser causada por un trastorno cerebral que se ve reflejado en el movimiento o trastornos de locomoción, dificultad en la coordinación, demencia, ansiedad y temblores corporales. La enfermedad de Parkinson también puede causar acatisia crónica, y los trastornos neurológicos asociados que se pueden accionar por la misma.

De hecho, Sinemet, recetado para tratar Parkinson, también pueden provocar el síndrome, según lo estudiado por el psiquiatra Édgar R. Vásquez-Dextre, del Hospital Nacional Arzobispo Loayza de Lima (Perú) y el médico residente de psiquiatría Marco A. Limache, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú).

Tratamiento

Lo que los expertos recomiendan en caso de sufrir este síndrome es suspender el medicamento que se está usando o reducir la dosis.

Aquellos que sufren de la acatisia inducida por neurolépticos (medicina para tratar la psicosis) deben procurar consumir alimentos ricos en vitamina B6 como carnes, pescados, verduras y frutos secos, ya que ayuda en la reducción de las consecuencias perjudiciales del síndrome. También se pueden hacer ejercicios para relajar los músculos y reducir el estrés.

De no tratarse, y en los casos más extremos, la acatisia puede ser fatal pues puede causar parálisis u otros trastornos nerviosos.

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Fuente: http://www.semana.com/vida-moderna/articulo/acatisia-sintomas-y-tratamiento-de-este-sindrome/481538