Una colaboración global dirigida por científicos del Instituto Flanders de Biotecnología ha llevado a dilucidar la estructura de la IL-23 y de su receptor (IL-23R). La IL-23 juega un papel fundamental en el desarrollo de enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, entre otras. Aunque la regulación de esta citoquina en el contexto de estas patologías ya era conocida, se sabía muy poco acerca de su estructura molecular y de cómo ésta influencia su interacción con el IL-23R. En el estudio los investigadores han descubierto que ésta ocurre exclusivamente a través del dominio N-terminal de tipo inmunoglobulina de la IL-23. La unión entre ambas moléculas induce un cambio conformacional en una subunidad de la IL-23, un evento poco común, ya que la mayoría de interacciones entre ligandos y receptores suele causar cambios en el receptor y no en el ligando. Este cambio permite que el IL-23R actúe sobre otra subunidad de la IL-23, haciendo que ésta adquiera elevada afinidad por otro receptor, IL-12R-beta1. La activación de ambos receptores por la IL-23 constituiría el inicio de la señal pro-inflamatoria, según afirma Savvas Savvides, primer autor del estudio.

Savvides también indica que el descubrimiento de un lugar de unión a un co-receptor en la IL-23 es un hallazgo inesperado y abre un nuevo paradigma en el ámbito de la inflamación.

 

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