Sinónimos: Anemia megaloblástica hereditaria juvenil por deficiencia de factor intrínseco
Anemia perniciosa congénita
DFI
Deficiencia de factor intrínseco
Deficiencia de factor intrínseco gástrico

Prevalencia: <1 / 1 000 000

Herencia: Autosómico recesivo o No aplicable

Edad de inicio o aparición: Infancia

 

Resumen

El déficit congénito de factor intrínseco (DFI) es un trastorno raro de la absorción de la vitamina B12 (cobalamina) que se caracteriza por una anemia megaloblástica y anomalías neurológicas.

La incidencia y la prevalencia de la IFD son desconocidas. Se han descrito menos de 100 casos en la literatura y menos de 50 han sido confirmados molecularmente. La enfermedad suele aparecer antes de los 5 años, aunque también se han descrito pacientes con inicio entre la segunda y la cuarta década de vida.

Se manifiesta con retraso en el crecimiento y síntomas de anemia (por ejemplo, astenia, debilidad, dolor de cabeza, infecciones). Si no se trata, puede producirse daño neurológico (neuropatía periférica, degeneración combinada subaguda de la médula espinal y/o ataxia). Los síntomas neurológicos pueden incluir debilidad muscular y alteración de la marcha.

Los pacientes presentan mutaciones bialélicas en el gen GIF, localizado en el cromosoma 11, que codifica para el Factor Intrínseco (FI) gástrico, una proteína necesaria para la absorción de la vitamina B12. Las mutaciones en el gen GIF provocan una síntesis alterada de FI y por lo tanto déficit y malabsorción de vitamina B12 (cobalamina).

El diagnóstico se basa en los análisis de sangre que muestran bajos niveles séricos de de cobalamina y anemia megaloblástica (disminución de glóbulos rojos en la sangre y aumento del volumen corpuscular medio). Actualmente, se prefiere la medición de cobalamina fijada a transcobalamina (holo-transcobalamina) en suero a la medición de cobalamina total sérica. Como el déficit de cobalamina afecta a la función de los enterocitos, aumentando de ese modo la malabsorción de cobalamina, se recomienda tratar en primer lugar con cobalamina para restablecer la función de los enterocitos antes de realizar alguna prueba diagnóstica de la malabsorción. Suele darse secreción de ácido, pero los pacientes pueden tener niveles bajos o ausentes de FI en el jugo gástrico. Las pruebas en orina muestran aumento en los niveles de ácido metilmalónico y de homocisteína total. No existen autoanticuerpos dirigidos contra los antígenos H+/K+ ATPasa de las células parietales gástricas (anti-GPC) y contra el factor intrínseco (anti-IFA). Aún no está disponible la prueba genética comercial.

El diagnóstico diferencial incluye el síndrome de Imerslund-Gräsbeck, el déficit de transcobalamina II, el déficit de cobalamina F (cblF), y la anemia perniciosa adquirida (consultar estos términos), que está causada por autoinmunidad o por infección de Helicobacter.

El diagnóstico prenatal no está disponible.

Se han descrito tanto casos esporádicos como familiares con transmisión autosómica recesiva.

El tratamiento estándar consiste en inyecciones intramusculares semanales o mensuales de vitamina B12. Se prefieren las inyecciones de hidroxocobalamina a las de cianocobalamina, ya que estas últimas pueden causar dolor muscular y tienen efectos secundarios oftalmológicos y neurológicos. Los suplementos orales de vitamina B12 pueden no ser efectivos y no están recomendados.

El pronóstico es bueno. Sin tratamiento, pueden producirse complicaciones neurológicas y hematopoyéticas que pueden ser fatales.

 

 

Revisores expertos

  • Pr Ralph GRÄSBECK
  • Dr Stephan TANNER

 



Fuente: Orphanet (Deficiencia congénita de factor intrínseco)