El glioblastoma es el tumor más retante de cerebro. Aunque aún queda mucho camino por recorrer, los investigadores no se rinden en la búsqueda de frentes clínicos construidos con cimientos moleculares y científicos, al menos en Puerto Rico. 

Y es que los laboratorios del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico (CCCUPR) abrieron paso a un nuevo camino científico ambicioso, pues busca darle una nueva batalla clínica desde la encapsulación de lo denominado como la terapia de RNA (ácido ribonucleico o molécula biológica contenida en todos los seres vivos) de interferencia encapsuladas en nanopartículas, partícula con un diámetro menor a 100 nanómetros (nm), de tamaño microscópico.

Así lo explicó a este medio uno de los investigadores principales  del estudio, el doctor Pablo Vivas Mejia, también catedrático del Recinto de Ciencias Médicas (RCM). 

Se trata de que los investigadores se han dado la tarea de, mediante la identificación de la proteína más “sobreexpresada” en las células tumorales, diseñan una secuencia de DNA (compuesto que contiene la información genética de un ser vivo) para  bloquear la función de dicha proteína y de esta forma, lograr que la terapia sea más efectiva contra el tumor de cerebro una vez encapsulada en la nanopartícula. 

“Muchas de las terapias existentes no son específicas contra los tumores. Las nanomedicina desarrolla nuevos vehículos para transportar drogas al cuerpo. Nosotros desarrollamos esos vehículos, conocido como las nanopartículas, para encapsular la droga y que llegue más efectivamente al tumor de cerebro”, explicó en primera instancia. 

“En lo que respecta al tumor de cerebro, debemos asegurarnos de que la droga llegue a este y para eso debe cruzarse la barrera sangre-cerebro, que la tenemos todas las personas en el cuerpo que protege al cerebro de víruses y agentes externos. Asimismo impide que muchas drogas lleguen al cerebro y no sean efectivas. Las nanopartículas que diseñamos es para que atraviesen precisamente esas barreras (del cerebro)”, abundó.

En el estudio se utilizan células tumorales en cultivo extraídas de tumores de pacientes y prontamente se iniciarán estudios en modelos animales. 

“Ya hemos optimizado la creación de nanopartículas. Ahora lo que desarrollaremos es los experimentos en animales para ver si este tipo de terapia de interferencia es efectiva cruzando la barrera sangre-cerebro”, adelantó. 

“También hacemos este trabajo de investigación para cáncer de ovario”, añadió. 

El gioblastoma multiforme es uno de los cánceres cerebral más agresivos con una probabilidad de vida de 14 a 18 meses. Actualmente el tratamiento para esta población consiste en la remoción del tumor en el área del cerebro y radioterapia, pero lamentablemente la recurrencia del tumor es muy alta y por tal razón, el estudio constituye una nueva esperanza para estos pacientes.

 

Artículos relacionados: enfermedades raras, glioblastoma, investigación