Los implantes cerebrales, también llamados implantes neuronales, son dispositivos que se conectan al cerebro de una persona, normalmente en la corteza cerebral. Éstos ayudan al cerebro en partes donde ha sufrido una lesión y, por tanto, no funcionan correctamente. Un ejemplo del uso de estos chips es para recuperar la movilidad en músculos como la mano y el brazo. Otro uso que pretenden estos pequeños implantes es impulsar la función de la memoria.

Así, un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Universidad Thomas Jefferson han probado con éxito un implante cerebral que mejora la memoria en un 15% en pacientes que pretendían mejorar con estas técnicas la epilepsia. En concreto, se hizo memorizar a 25 personas una lista de palabras con el fin de comprobar si aquellas que tenían la sonda activada eran capaces de memorizar más que los que no la tenían. El estudio ha sido publicado en la revista Nature Communications.

De esta forma, los investigadores estudiaron la actividad cerebral de cada sujeto en reposo y mientras memorizaban una lista de palabras. En las sesiones de seguimiento, la sonda estimuló el lóbulo temporal solo cuando el cerebro trataba de memorizar algo. La actividad eléctrica de las sondas solo se producía cuando el cerebro tenía problemas para almacenar recuerdos.

Así, las personas con la sonda activada incrementaron un 15% su memoria. Los investigadores afirman que esta nueva forma de estimular el cerebro mientras aumenta su actividad funciona a modo de marcapasos, ya que los sensores “escuchan lo que está sucediendo antes de actuar, de forma que son capaces de estimular el tejido cuando es necesario.

Asimismo, afirman que la selección de personas que sufrían epilepsia fue una cuestión de práctica, pues la técnica requería la inserción de una sonda en el cerebro y estos pacientes habían autorizado este tipo de ensayos clínicos. De hecho, este tipo de experimentos no son novedosos. La idea de mejorar la memoria y los recuerdos a través de la estimulación neuronal tiene un gran recorrido.

Si bien estudios anteriores han intentado centrarse en áreas como el hipocampo y los lóbulos temporales, los resultados no siempre han sido consistentes. Para los científicos de la Universidad de Pensilvania, la razón puede encontrarse en el método más que en la parte que se estimula. Esto es, los implantes anteriores se basaron en los denominados como “sistemas de circuito abierto”, lo que implica que la estimulación no se modificó en función de una mayor o menor actividad del cerebro. En cambio, este nuevo dispositivo se basó en un circuito cerrado, donde variaba la estimulación eléctrica en función de la actividad cerebral.

La investigación podría utilizarse en pacientes con demencia, ayudando a su memoria a medida que ésta se degenera. En un futuro, los investigadores pretenden utilizar también esta sonda para personas que sufren los efectos del Alzheimer, pues podría mejorar significativamente su calidad de vida.

 

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Fuente: https://goo.gl/NTSQxv