Un nuevo tipo de terapia CART resulta eficaz contra el glioblastoma –la forma de cáncer cerebral más común y letal–, eliminando alrededor del 80% del tumor, y también podría servir para tratar otros tumores sólidos.

Un nuevo método desarrollado por científicos del Hospital General de Massachusetts (MGH) de Estados Unidos puede aumentar la efectividad de la inmunoterapia contra el cáncer conocida como terapia CAR-T en el tratamiento de los tumores cerebrales como el glioblastoma y ampliar su uso a otro tipo de tumores sólidos.

La terapia CAR-T consiste en obtener y modificar genéticamente las células T del sistema inmune de los pacientes para que sean capaces de reconocer y atacar dianas específicas en la superficie de los tumores, y reintroducirlas después en el paciente para que cumplan su misión. Actualmente ya se ha aprobado para tratar algunos tipos de cáncer como el linfoma no Hodgkin y la leucemia linfoblástica aguda.

La nueva inmunoterapia –denominada BiTE– ataca los tumores cerebrales dirigiéndose a dos objetivos a la vez, y sin causar toxicidad en otros órganos

Sin embargo, los tumores sólidos como el glioblatoma son muy difíciles de tratar con medicamentos tradicionales porque la mayoría contienen moléculas demasiado grandes para atravesar la barrera hematoencefálica, y la inmunoterapia presenta además otros problemas, como ha indicado Marcela V. Maus, directora de inmunoterapia celular en MGH Cancer Center y principal autora del estudio, que se ha publicado en Nature Biotechnology.

Una terapia dirigida contra dos dianas del tumor

Maus explica que primero elaboraron células CAR-T para el glioblastoma, pero una de las características de este tumor es que no todas sus células expresan la diana a la que tiene que dirigirse la célula T una vez modificada. El objetivo de la terapia es la variante III del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFRvIII), una proteína alterada que interviene en el desarrollo del cáncer y que se encuentra en la superficie de muchos glioblastomas, pero no en todos.

Para incrementar la efectividad de las células CAR-T, los investigadores decidieron atacar un segundo antígeno, el EFGR natural, pero esta proteína está presente en muchas células del cuerpo por lo que dirigir los medicamentos contra ella provocaría graves efectos secundarios. Así que para solventar los problemas de toxicidad Maus y sus colegas elaboraron células CAR-T que podían ser introducidas en el líquido cefalorraquídeo en la base del cerebro.

Cuando el producto llega al cerebro las CAR-T secretan un segundo tipo de inmunoterapia denominada activador biespecífico de células T –BiTE–, que consiste en anticuerpos que dirigen las células T contra un objetivo específico, algo así como un mecanismo de referencia llamado ‘bomba inteligente’.

Los BiTEs, sin embargo, siguen siendo demasiado grandes para atravesar la barrera hematoencefálica si se administran por vía intravenosa, por lo que la fórmula desarrollada por estos científicos, según ha indicado Maus, puede ejercer un efecto local sobre el tumor al atacar un segundo antígeno, superando de esta forma la heterogeneidad de los tumores cerebrales al dirigirse a dos objetivos a la vez, y como esto se produce al otro lado de la barrera hematoencefálica y en pequeñas cantidades no provoca toxicidad en otros órganos.

Cuando probaron esta técnica en modelos de glioblastoma humano, encontraron que BiTE eliminaba alrededor del 80% de los tumores. Además, los autores del trabajo también esperan que pueda servir para tratar otros tumores sólidos, aunque todavía necesitan probarla en ensayos clínicos con humanos, para lo que necesitan ayudas económicas.


EVA SALABERT

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Fuente: http://bit.ly/2SNoz4k