Según una historia de Healio, la enfermedad de Cushing, aún puede ser una enfermedad mortal si no se trata. Sin embargo, los recientes desarrollos en el tratamiento de la enfermedad han hecho que la posibilidad de una cura esté mucho más cerca de convertirse en realidad. Si bien la recurrencia de la enfermedad es común con muchas terapias actuales, el descubrimiento de nuevos objetivos de tratamiento, como ciertas moléculas y controladores de tumores hipofisarios, podría permitir el despliegue de terapias altamente precisas que tienen muchas más posibilidades de éxito.

Sobre la enfermedad de Cushing

La enfermedad de Cushing es una enfermedad rara que aparece como resultado de la exposición prolongada al cortisol. Es un desencadenante frecuente del síndrome de Cushing. La enfermedad de Cushing es causada por anormalidades que hacen que el cuerpo libere más cortisol de lo normal, como un tumor que afecta las glándulas pituitarias o suprarrenales. La enfermedad de Cushing también se asocia con diabetes, que es una comorbilidad común. La enfermedad puede causar una variedad de síntomas que aparecen con el síndrome de Cushing y puede volverse más grave con el tiempo, incluyendo atrofia cerebral, hipercolesterolemia, aumento rápido de peso, calvicie, inestabilidad anímica, depresión, hirsutismo, disfunción sexual, debilidad muscular y ósea, anomalías menstruales. , osteoporosis, diabetes, hipertensión, problemas de sueño, supresión del sistema inmunitario y problemas de memoria. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar tumores, ciertos medicamentos y radioterapia hipofisaria.

Nuevas innovaciones en el horizonte

Todavía hay un progreso significativo que debe hacerse en el tratamiento de la enfermedad de Cushing. Si bien la esperanza de vida es efectivamente normal en pacientes que logran alcanzar la remisión, estos pacientes aún no obtienen la misma calidad de vida que una persona no afectada. Parte del problema es que los procedimientos como la cirugía solo son efectivos para la remisión entre el 60 y el 70 por ciento de las veces y muchos tratamientos también tienen efectos adversos graves.

Hay una serie de terapias en ensayos en etapas tardías que han demostrado potencial, como levoketoconazol y osilodrostato. También hay otros que están más temprano en el desarrollo. Estos enfoques ofrecen esperanza para los pacientes que no ingresan en remisión con los tratamientos actuales, lo que desafortunadamente es un número significativo. Para estas personas, participar en algunos de los ensayos prometedores que pronto aparecerán podría ser una buena opción.


James Moore

Fuente: http://bit.ly/2SVinsB