Investigaciones recientes de un equipo de la Universidad de Cambridge sugieren que las células de la piel de un paciente podrían ser la clave para tratar la esclerosis múltiple. La reprogramación de las propias células de la piel, afirma la investigación, podría incluso reparar el daño ya causado por la esclerosis múltiple.
La investigación llevada a cabo en ratones puede tener implicaciones impactantes para el tratamiento de la esclerosis múltiple. La nueva investigación de la Universidad de Cambridge muestra que las células de la piel de un ratón se pueden transformar en células madre del cerebro. Una vez que estos se unen de nuevo en el cuerpo, las nuevas células ayudan a reducir la inflamación causada por la esclerosis múltiple.

Con esfuerzos e investigaciones continuos, esta forma de terapia podría proporcionar un gran paso hacia el tratamiento de la esclerosis múltiple. También potencialmente permite una forma de tratamiento muy personalizada y, por lo tanto, más efectiva.
Las células madre son únicas ya que pueden crecer y convertirse en casi cualquier célula del cuerpo humano.

Esto los hace especialmente útiles como una herramienta para terapia y tratamiento. El equipo de Cambridge demostró previamente que el trasplante de células madre neurales, un tipo de célula madre que está programada para convertirse en una célula nerviosa, puede ayudar al sistema nervioso central a repararse a sí mismo y reducir la inflamación.

Sin embargo, seguir esta tendencia para crear una terapia es casi imposible. Simplemente no hay una cantidad lo suficientemente grande de células madre neuronales disponibles para hacer posible tal tratamiento. Otra complicación es que el cuerpo puede rechazar las células y desencadenar una respuesta inmune.
Ahí radica la magia de la investigación más reciente del equipo de Cambridge. Han encontrado la manera de resolver ambos problemas a la vez. El truco es usar células de vástagos neurales inducidas en lugar de células madre neurales.

Las células madre neurales inducidas pueden crearse en un laboratorio en lugar de necesitar ser extraídas de embriones. El proceso de creación de células neurales inducidas comienza con una muestra de células cutáneas del paciente adulto. Los científicos pueden alterar el código dentro de estas células, transformándolas en células madre neurales. Las posibilidades de respuesta inmune también disminuyen mucho como resultado de las células que ya pertenecen al propio cuerpo del paciente.