La esclerosis múltiple es la primera causa de discapacidad neurológica no traumática en los adultos jóvenes. Se calcula que afecta a 20 mil mexicanos y aproximadamente 2.5 millones de personas a nivel mundial.

Este padecimiento ha cobrado mayor notoriedad en los últimos tiempos, no sólo por las elevadas cifras de pacientes en todo el mundo, sino también al darse a conocer el nombre de personalidades que han sido diagnosticadas con ella. Pero la realidad es que todavía se considera una enfermedad relativamente desconocida.

Por lo anterior, tu trabajo como médico es muy importante para transmitir información verídica y derribar ideas erróneas. En ese sentido, te compartimos 5 mitos sobre la esclerosis múltiples que debes erradicar en tus pacientes.

  • Es una enfermedad terminal
    La EM es una enfermedad que no tiene cura; sin embargo, los avances científicos e investigaciones médicas han logrado desarrollar tratamientos innovadores con un alto nivel de efectividad y seguridad que contribuyen a frenar la progresión del padecimiento y, con ello, controlar en gran medida los síntomas, con lo cual los pacientes con EM logran tener una mejor expectativa de vida.
  • No hay tratamientos efectivos
    Hoy en día, los pacientes con EM tienen la posibilidad de iniciar un tratamiento modificador de la enfermedad, el cual sirve para prevenir o reducir el número de brotes, así como la acumulación de la discapacidad al tratar de evitar que el sistema inmunológico ataque a la mielina. Existen diferentes opciones de tratamientos farmacológicos con perfiles y formas de administración distintos.
  • Es hereditaria
    La EM no es hereditaria, sin embargo, si una persona padece la enfermedad, sus familiares directos tendrán una discreta mayor probabilidad de padecerla, aunque el riesgo es bajo y no implica que la condición se transmitirá por vía genética.
  • El paciente termina en silla de ruedas
    Se estima que alrededor del 70 por ciento de los pacientes con EM tienen una discapacidad leve o moderada, y sí podrían llegar a requerir el uso de una silla de ruedas si no son diagnosticados y tratados con una terapia eficaz. Por ello, una detección oportuna que derive en un tratamiento de alta efectividad será esencial para mejorar la calidad de vida.
  • Limita la vida del paciente
    El paciente de EM afrontará con mayor eficacia la enfermedad si mantiene un tratamiento integral que incluya un componente farmacológico, terapias de rehabilitación y hábitos de vida saludables, tales como: practica de ejercicio regular, una dieta balanceada con alto contenido de vitamina D y antioxidantes, no abusar del alcohol, no fumar y tener buenos hábitos de sueño.

Rodrigo Rojas