Una de las principales señales de alarma del sarcoma es la aparición de un bulto o dolor en las extremidades

Es un tumor raro, complejo y difícil de abordar. Hablamos del sarcoma: un cáncer poco frecuente que puede tener más de 70 apellidos. Esto complica tanto el diagnóstico, lo que provoca que muchos pacientes lleguen incluso a sufrir varias intervenciones antes de saber realmente lo que les pasa; como la investigación para conseguir terapias eficaces. Puede debutar a cualquier edad, pero es sobre todo un cáncer que aparece en la infancia y primera juventud.

«Cuando un niño tiene cáncer tiene muchas papeletas de que se trate de un sarcoma», explicó el doctor Ricardo Cubedo, oncólogo médico del Hospital Puerta de Hierro y responsable de Sarcomas y Cáncer Hereditrio del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid. En un encuentro organizado por Pharmamar, con motivo del Día Nacional del Sarcoma, que se celebra el 20 de septiembre, el experto quiso hacer hincapié en las señales de alarma de esta enfermedad.

Aunque puede afectar a diversos tejidos, el doctor Cubedo explicó que los sarcomas pueden agruparse en dos grandes familias: los que surgen del hueso y los que lo hacen en las partes blandas (músculos, grasa, tendones…). La mitad de ellos dan la cara como bultos en las extremidades. En palabras del especialista, debemos preocuparnos y consultar con nuestro médico cuando ese bulto:

-Sea mayor que una canica en un niño.

-Sea mayor que una pelota de golf en un adulto.

Crezca rápidamente.

-Lo tenemos desde hace tiempo y empieza a ser molesto.

Una cuarta parte de los sarcomas tiene como principal síntoma el dolor. «En los niños suele confundirse con dolor de crecimiento y en los adultos con alguna lesión deportiva», advierte el doctor Cubedo. «Hay que alarmarse cuando el dolor es en una sola rodilla y/o despierta al niño por la noche. En el caso de los adultos, cuando, tras dos meses, el dolor en alguna extremidad no remite», aconseja el especialista.

En cuanto al abordaje, es mejor esperar a una prueba de imagen y otras que aseguren el diagnóstico certero antes de intervenir. «El fallo suele estar en el primer especialista al que se deriva al paciente. Nunca hay que quitarlo antes de hacer la prueba de imagen», explica el doctor Cubedo.

En este sentido, Pilar León, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Afectados de Sarcoma (Aeas) compartió durante el encuentro cómo a su hijo le diagnosticaron como un ganglión lo que finalmente era un sarcoma. También Alberto Martínez, patrono de la Fundación Mari Paz Jiménez Casado, recordó que a Mari Paz le diagnosticaron el sarcoma después de cinco operaciones.

Ambas asociaciones de pacientes invierten sus recursos en fomentar la investigación y están luchando, entre otras cosas, por conseguir que en todas las comunidades autónomas haya un centro de referencia para sarcoma.


Cristina Garrido

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Fuente: http://bit.ly/2msxdsG