Sinónimos: PPE
XLDPP

Prevalencia: 1-9 / 1 000 000

Herencia: Autosómico dominante
o Autosómico recesivo

Edad de inicio o aparición: Infancia / Neonatal

 

Resumen

La protoporfiria eritropoyética (PPE) es un trastorno hereditario del metabolismo del hemo, caracterizado por la acumulación de la protoporfirina en sangre, eritrocitos y tejidos, y por manifestaciones cutáneas de fotosensibilidad.

La PPE se ha descrito en todo el mundo, con una prevalencia que varía entre 1/75.000 y 1/200.000.

Suele manifestarse en la infancia temprana tras las primeras exposiciones al sol. La PPE se caracteriza por manifestaciones cutáneas de fotosensibilidad dolorosa aguda, con eritema y edema, a veces con petequia, junto con sensaciones de prurito y de ardor sin formación de ampollas, al exponerse a la luz solar o artificial (400-700 nm). Estos episodios presentan una gravedad variable en función de la duración de la exposición y pueden resultar en lesiones crónicas permanentes en la zona de piel expuesta. Como la protoporfirina es una molécula lipofílica excretada por el hígado, los pacientes con PPE están en riesgo de colelitiasis con episodios obstructivos, y de enfermedad hepática crónica que puede evolucionar a una insuficiencia hepática aguda.

En la mayoría de pacientes, la PPE es consecuencia de una deficiencia parcial del último enzima de la ruta de biosíntesis del grupo hemo (codificado por el gen (FECH; 18q21.2-q21.3). La PPE parece heredarse como una enfermedad autosómica dominante, cuya expresión clínica está modulada por la presencia del alelo trans hipomórfico IVS3-48C en el gen FECH; aunque la herencia recesiva con dos alelos FECH mutados también ha sido descrita. En cerca del 2% de los pacientes, se ha demostrado que la enfermedad está causada por mutaciones de ganancia de función en el gen aminolevulínico ácido sintetasa 2 (ALAS2; Xp11.21); en este caso la enfermedad se denomina protoporfiria dominante ligada al X.

El diagnóstico se establece detectando el aumento del nivel de protoporfirina en el plasma y en los glóbulos rojos, y por un pico de fluorescencia del plasma a 634 nm. Es aconsejable investigar la afectación hepática, el nivel de actividad de la ferroquelatasa, realizar análisis genéticos (mutaciones en FECH, presencia del alelo trans hipomórfico IVS3-48C, y de mutaciones en el gen ALAS2) y estudios familiares.

El diagnóstico diferencial debe incluir reacciones fototóxicas a fármacos, hidroa vacciniforme, urticaria solar, dermatitis de contacto, angioedema y, en algunos casos, otros tipos de porfiria (ver estos términos).

El manejo incluye evitar la exposición a la luz y protegerse contra la luz visible utilizando crema solar con un índice UVA elevado y una longitud de onda crítica alta (>370 nm), la reducción de los niveles de protoporfirina (bien a través de la reducción de la eritropoyesis por transfusión, bien por la administración de colestiramina, agente secuestrador de ácidos biliares) y la prevención de una posible enfermedad hepática que podría derivar en una insuficiencia hepática. Dado que el mayor riesgo para los pacientes con PPE es la enfermedad hepática, un seguimiento regular de la afectación hepática es esencial. Debe considerarse el trasplante secuencial de hígado y de médula ósea como un tratamiento apropiado para los casos más graves de PPE con afectación hepática.

La PPE es un trastorno de por vida, cuyo pronóstico depende de la evolución de la enfermedad hepática. Sin embargo, la fotosensibilidad puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes con PPE.

 

 

Revisores expertos

  • Pr Jean-Charles DEYBACH
  • Pr Mario LECHA
  • Pr Hervé PUY

 

 


Fuente: Orphanet (Protoporfiria eritropoyética)