Sinónimos:

Prevalencia: Desconocido

 Herencia: Autosómico recesivo

Edad de inicio o aparición: Cualquier edad

 

Resumen

El síndrome de Cockayne (SC) es una enfermedad multisistémica caracterizada por estatura baja, apariencia facial característica, envejecimiento prematuro, fotosensibilidad, disfunción neurológica progresiva y déficit intelectual.

La incidencia anual del SC es cercana a 1/200,000 en los países europeos.

La edad del paciente en el momento de aparición de la enfermedad y su gravedad son variables. En la forma clásica del SC (tipo I) los primeros síntomas aparecen durante el primer año de vida. También se han descrito casos con síntomas más graves y de inicio temprano (tipo II) y casos en los que la aparición de la enfermedad es más tardía y que presentan síntomas moderados (tipo III). Los signos más frecuentes de la enfermedad incluyen: retraso de crecimiento progresivo, déficit intelectual, ataxia cerebelosa, espasticidad, neuropatía periférica desmielinizante, retinopatía pigmentaria, sordera neurosensorial y anomalías dentarias (presencia de caries). Los rasgos dismórficos típicos incluyen: microcefalia, orejas grandes, nariz fina y enoftalmia. En algunos pacientes se observa también cataratas y fotosensibilidad cutánea. La lipoatrofia subcutánea está presente y puede conducir a signos de envejecimiento prematuro en la piel.

El síndrome COFS (ver este término) corresponde a la forma extrema prenatal del espectro clínico del SC y se caracteriza por microftalmia y artogriposis congénita. Igual que el xeroderma pigmentoso y la tricotiodistrofia (ver estos términos), el SC pertenece al grupo de enfermedades que afectan a la reparación del DNA por escisión de nucleótidos (NER). Las células presentan una alteración específica en la vía de reparación acoplada con la transcripción (TCR), un subtipo de la NER implicada en la reparación de las lesiones de DNA inducidas por los rayos UV en los genes activamente transcritos. Alteraciones adicionales en la transcripción basal o en la reparación oxidativa también se han propuesto para explicar los síntomas no-cutáneos del SC.

Se han descrito mutaciones en dos genes importantes: ERCC6 (CSB; 10q11) y ERCC8 (CSA; 5q12.1). Hasta el momento, no se ha encontrado ninguna correlación entre los tres tipos de SC y los genes implicados. La transmisión es autosómica recesiva.

El diagnóstico se basa en la detección de la alteración específica de la vía TCR, que puede ser identificada mediante el análisis de la recuperación de la síntesis de ARN en fibroblastos en cultivo, después de la irradiación con rayos UV. Este tests de la reparación del DNA es indispensable para el diagnóstico del SC. La imaginería cerebral revela hipomielinización difusa de la substancia blanca, calcificaciones en el putamen y atrofia vermiana.

El diagnóstico diferencial incluye principalmente las enfermedades mitocondriales, que pueden presentar manifestaciones clínicas similares a las observadas en el SC. El diagnóstico prenatal es posible, en amniocitos o en células de las vellosidades coriónicas, utilizando el mismo test celular que el utilizado sobre los fibroblastos, o mediante secuenciación molecular directa si las mutaciones responsables han sido identificadas. El manejo es sintomático e incluye fisioterapia, protección solar, audífonos y frecuentemente, gastrostomía o alimentación por sonda.

Los pacientes afectados de SC de tipo I mueren al final de la segunda década de vida como resultado de una degeneración neurológica progresiva.

Los pacientes con SC de tipo II presentan un pronóstico grave, mientras que aquellos con SC tipo III viven hasta la edad adulta.

 

 

Revisores expertos

  • Pr Hélène DOLLFUS
  • Pr Vincent LAUGEL

 



Fuente: Orphanet (Síndrome de Cockayne)