Una nueva estrategia contra el cáncer que consiste en introducir en las células tumorales sustancias que a través de reacciones químicas crean en su interior medicamentos que las matan, ha sido probada con éxito en el laboratorio.

Investigadores de la Universidad de Granada, del Instituto de Nanociencia de Aragón, de la Universidad de Zaragoza y del Cancer Research UK Edinburgh Centre de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) han desarrollado una nueva técnica para eliminar a las células cancerosas evitando los efectos secundarios que provoca la quimioterapia. Esta nueva estrategia, aún en fase experimental, consiste en destruir la célula tumoral con sustancias que actúen únicamente en el interior de la misma y sin dañar otras células u órganos sanos.

Fabricar el anticancerígeno dentro de la célula tumoral

La teoría planteada por esta investigación, que se ha publicado en la revista Nature Catalysis, es que en lugar de inyectar medicamentos de quimioterapia en el torrente sanguíneo del paciente, se puedan fabricar dentro de las propias células cancerosas los fármacos que las destruyen mediante reacciones químicas producidas gracias a un catalizador.

Para realizar este experimento los científicos emplearon exosomas, unas pequeñas vesículas de 100 nanómetros de las membranas celulares que contienen proteínas ARN, que secretan las células para permitir la comunicación intercelular. La utilidad que ofrecen para este experimento es que su membrana contiene los elementos característicos de la célula de la que proceden, lo que los convierte en el escondite perfecto para otras sustancias, como si se tratara de un caballo de Troya.

Los catalizadores de Paladio se introdujeron en las células tumorales y catalizaron la síntesis del fármaco quimioterápico panobinostat, capaz de matar células cancerosas

Gracias a esta peculiaridad, los investigadores de las universidades españolas y escocesa escondieron en el interior de exosomas procedentes de células cancerosas catalizadores de Paladio (Pd) para que se introdujeran en las células tumorales y, una vez en su interior, catalizaran la síntesis de un fármaco quimioterápico, el panobinostat, capaz de matar las células malignas.

Esta técnica de momento no se ha probado en humanos y aún deben realizarse ensayos clínicos para comprobar su eficacia y seguridad para los pacientes, pero si sus resultados son positivos supondría un gran avance en el tratamiento del cáncer, y en la calidad de vida de los enfermos, ya que los medicamentos que se usan en quimioterapia no discriminan entre las células cancerosas y las células sanas, y al atacar a estas últimas y dañar los órganos se producen efectos secundarios como el cansancio, la pérdida de cabello, o la leucopenia (o bajo recuento de glóbulos blancos), entre otros.